Buenas noticias para Robbie, el hijo del clavadista británico, que ha podido presenciar como su padre se hacía con la quinta medalla olímpica de su carrera. Tras un oro y tres bronces, el plimutense lograba la ansiada plata, junto a su compañero Noah Williams, con una puntuación de 463’44 puntos.
Con el primer salto, de los cuatro que realizaron, la pareja alcanzaba una puntuación de 53’40 con un salto mortal y medio; con el segundo, su empate con los canadienses se mantenía y con el tercero, lograban deshacer las tablas con un salto hacia dentro con tres vueltas y media, y se imponían a Canadá con una puntuación de 188’52. Pese a que su distancia con China les quedaba lejos (ellos conseguían los 199’40 puntos), su salto final dio al público lo que necesitaban y a los espectadores en sus casas, lo que estábamos deseando ver.
Una plata con la que Daley sacaba pecho y blandía su bandera gay, mientras se abrazaba al mejor partner in crime que hubiera soñado tener en esta edición de los Juegos Olímpicos, el londinense Noah Williams.
«Hacerlo delante de mi hijo, que me pidió que volviera, es muy especial. Ahora tengo una de cada color, he completado el set», decía Daley a los periodistas, mientras sus seguidores aplaudían la proeza épica de este deportista y activista LGTBIQ+ y los pequeños Phoenix Rose y Robbie, acompañados del marido de Daley (Dustin Lance Black), se alegraban de esta nueva medalla para la colección. Toda una leyenda. Thanks, Tom!
P.D. Nos vemos el 9 de agosto en los individuales.