Un momento más que adecuado para visitar el paso religioso de turno, verlo salir bien florido y recogernos en casa, con una buena selección de torrijas bajo el brazo, para ver cualquiera de esas películas propias de este momento de recogimiento, pero que tanto nos rentan en una sobremesa de esas de pijama y orinal (que diría Camilo José Cela). ¿Te damos ideas?
MARCELINO, PAN Y VINO (1954)
José María Sánchez Silva firma la novela en la que se basa esta película dirigida por Ladislao Vajda. La historia de Marcelino, un niño recogido por unos franciscanos que se hace amigo de un Cristo crucificado alojado en el desván del convento en el que vive, con el que habla y al que le sube pan y vino (entre otras ofrendas) no solo sigue emocionando generación tras generación sino que logró el Oso de Plata en el Festival de Berlín. Una emotiva cinta, en melancólico blanco y negro, en la que es difícil que no se nos escape una lagrimilla (o tropecientas) con los preciosos diálogos del pequeño Pablito Calvo con el crucifijo. Indispensable.
LOS DIEZ MANDAMIENTOS (1956)
La imagen de Charlton Heston con unas barbas blancas largas hasta el suelo es ya un clásico de la imaginería de este tiempo. El gran Cecil B. de Mille filma una gran epopeya religiosa en la que un recién nacido Moisés es recogido del río por la hija del faraón, Bitia, que lo cría en la corte. Unas circunstancias que hace que se vaya ganando el cariño del faraón hasta que descubre su verdadero origen (es hebreo), huyendo de Egipto y dejando su rango de príncipe. La llamada de Dios guía sus pasos hasta que se convierte en Cicerone de su pueblo para liberarlo de la esclavitud. Un proyecto que volvió a reunir a lo más granado de Hollywood con Yul Brynner, Anne Baxter, Yvonne de Carlo, Edward G. Robinson, Vincent Price o Judith Anderson (sí, el ama de llaves de Rebeca) y en la que Heston fue elegido por su parecido al Moisés de Miguel Ángel, Brynner no cesó en entregarse a sudorosos e intensos entrenamientos para que el físico de Heston no le opacara y donde la pericia de separar las aguas del Mar Rojo se logró con tanques de descarga inundadas, pero mostradas al revés, dejando una de las secuencias más míticas de la historia del cine.
BEN-HUR (1959)
Si hay una película que la Semana Santa te pide, más que el gazpacho al verano, esa es esta superproducción de Hollywood firmada por el gran William Wyler y protagonizada por Charlton Heston y Stephen Boyd en los papeles protagonistas. 212 minutos, basados en aquella novela homónima de Lewis Wallace, de carreras de cuadrigas, judíos, tribunos, cónsules romanos, leprosos y un Jesús de Nazaret, como secundario, en tiempos del emperador Tiberio, que arrasó en los Oscar (11 de 12 nominaciones) y convirtió a Heston en el preferido de unos productores que le decían a Kirk Douglas que de ninguna manera interpretaría al prota, porque lo que le ofrecían es darle la réplica a Heston. Douglas haría Espartaco.
ESPARTACO (1960)
Un Douglas de 42 primaveras se quitaba la espinita de que Charlton Heston le birlara el papel de Judá Ben-Hur con este proyecto en el que por expreso deseo de Douglas se elegía a un joven Stanley Kubrick para dirigirla. Una épica que necesitaba Douglas para demostrar que la túnica de esclavo no le sentaba nada mal y que era capaz de colar a un comunista de aquella lista negra de McCarthy como Dalton Trumbo entre los créditos de la película sin que la Universal se pusiera demasiado nerviosa. La historia del esclavo tracio vendido como gladiador y reconvertido en cabeza visible de la rebelión de los esclavos en la Roma del siglo VIII a.C. Un proyecto que para lograr reunir a estrellas como Laurence Olivier, Jean Simmons, Tony Curtis, Peter Ustinov, Charles Laughton o John Gavin se les tuvo que engatusar mandándoles copias del guion con sus partes mucho más desarrolladas (por consejo de Douglas al guionista Trumbo), lo que se traduciría en un verdadero éxito en taquilla. ¡Qué ojo, Kirk!
LA HISTORIA MÁS GRANDE JAMÁS CONTADA (1965)
George Stevens (el director de Un lugar en el sol o Gigante) se puso al frente de esta gran producción para la que contó con la ayuda (no acreditada) de David Lean y Jean Negulesco. Max von Sydow se convertía en Jesucristo en esta nueva versión sobre su vida según el Nuevo Testamento y dejaba así de fumar, beber y serle cariñoso a su mujer entre tomas. Aún así, su debut en el cine americano nos deja una impresionante interpretación en esta cinta cuyo guion tardó en escribirse casi 3 años; a punto estuvo Spencer Tracy de hacer de Poncio Pilatos, Liz Taylor de María Magdalena y Richard Burton de Jesús (¡qué locura!) y Dorothy McGuire, Charlton Heston (lo suyo es el cine épico religioso, sin duda), Victor Buono, Van Heflin, Martin Landau, Angela Lansbury, Sal Mineo, Roddy MacDowall completaban un elenco con muchos actores extranjeros y pocos plenamente hollywoodienses.
JESÚS DE NAZARET (1977)
Quizá sea una de las aproximaciones a la vida de Jesús más naturales y fehaciente, y es que el maestro Franco Zeffirelli se empleó en ello. En formato miniserie y en una impecable coproducción anglo-italiana, esta dramatización del nacimiento, vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesús, según los relatos de los cuatro Evangelios canónicos del Nuevo Testamento, sería un clásico durante años en todas las programaciones televisivas de Semana Santa de medio mundo. Que contara con un elenco formado por Anne Bancroft, Ernest Borgnine, Claudia Cardinale, James Mason, Laurence Olivier, Christopher Plummer, Anthony Quinn, Fernando Rey, Rod Steiger o Robert Powell como Jesús también tuvo parte de culpa de ese éxito en emisiones.
LA VIDA DE BRIAN (1979)
Quien no escuche el nombre de esta película y no sonría ipso facto es que merece ser crucificado. Esta comedia negra tras la encontramos a los ingleses Monthy Python es el más divertido epítome de la historia de Jesús contada a través de las andanzas y desventuras de Brian, un joven que nace en un establo de Belén el mismo día que El Redentor, al ser confundido con él. Un verdadero planazo de palomitas y cheslong que pide verse en versión original, pues así resulta una verdadera joya apta para un público que se ríe hasta de sí mismo.
EL PRÍNCIPE DE EGIPTO (1998)
No podíamos dejarnos en el tintero esta versión animada de la vida de Moisés con voces como las de Val Kilmer, Ralph Fiennes, Michelle Pfeiffer, Sandra Bullock, Jeff Goldblum, Danny Glover, Helen Mirren o Steve Martin entre los personajes principales; con Mariah Carey y Whitney Houston grabando, por separado, una de las canciones más importantes de la película y con 10 animadores al borde de un ataque de nervios al llevarles nada más y nada menos que dos años en completar la escena de cuatro minutos del Mar Rojo. La película fue un verdadero éxito y se convirtió en la película animada (sin contar las de Disney) más cara hasta la fecha. Hans Zimmer firmaba la banda sonora y Steven Spielberg tuvo mucho que ver en que la película terminara como termina.
LA PASIÓN DE CRISTO (2004)
Si hubo un proyecto que al actor y director Mel Gibson le obsesionó hasta la extenuación ese fue este film. Un sueño hecho realidad que casi le cuesta la vida, pero que al final contó con la ovación de un público rendido a su buen hacer en estas lides religiosas. Férreo católico, Gibson recrea la pasión de Jesús de Nazaret de acuerdo a los evangelios canónicos con un estilo tan auténtico que durante su calvario sentimos cada uno de sus azotes como su fueran nuestros. Por expreso deseo del director, fue rodada en latín, hebreo y arameo y proyectada en versión original. Jim Caviezel, Jesús, se empleó en cuerpo y alma (sobre todo cuerpo) para reflejar en sus propias carnes el sufrimiento de Jesucristo y no fueron pocas las ocasiones en que llevó al límite sus huesos, sus músculos. Durante una de las escenas y tras caérsele encima la cruz se le salió el hombro. También se ve en la película.
MARÍA MAGDALENA (2018)
Podríamos decir que esta película es el spin off de uno de los personajes más atrayentes de cualquier versión llevada al cine sobre la vida de Jesús. Rooney Mara sería la elegida para interpretar a María Magdalena en su más íntima historia. Una mujer que restringida por las jerarquías del momento desafía a su familia, buscando una forma de vida tras unirse a un nuevo movimiento social dirigido por Jesús de Nazareth, al que dio vida Joaquin Phoenix. Si ven demasiado feeling entre estos dos es que durante el rodaje empezaron a salir. ¿Cómo se hubieran desarrollado los acontecimientos de haberse dado una relación amorosa entre estos dos personajes históricos? Disfruten del plan.