Y es que no hay garito en Madrid que mejor te adentre en la más auténtica noche madrileña que el local porque el que pasó lo más granado de aquel Hollywood clásico, aquellas estrellas que supieron dejar su legado entre los asientos, espejos y copas de todo un icono de la capital.
Porque si Salvador Dalí, Audrey Hepburn, Bette Davis o la salvaje Gardner supieron dónde había que reunirse en aquellos años 40 y sucesivos, ¿quiénes somos nosotros para no recoger su legado y seguir con la tradición?
La coctelería de Perico Chicote, aquel barman del Hotel Ritz que decidió convertirse en empresario y en el anfitrión de las mejores veladas de las décadas en las que nuestros abuelos tenían mucha más vida social, sigue sumando recuerdos a todo color con nocturnidad y demasiada alevosía, saltando a la novena planta del Hotel Montera (perteneciente a la cadena Hilton) como novedad para aquellos que no puedan pasar sin una terracita a la fresca.
Una oportunidad de seguir con la tradición de comenzar la noche con un puñao de los mejores cócteles de la ciudad, y que tanto tuvieron que ver en amores tormentosos como el torero Dominguín y una Gardner en su mejor momento.
Noches y madrugadas en las que seguir aprovechando el verano en todo su esplendor al son de bebidas como su Snow Flake, el Rubí, el Citrine, su Negroni, el Moscow Mule o una deliciosa Paloma, mientras picoteas racione como su ensaladilla de gambas, el brioche con anchoas o unas ostras nº3 Huîtes Poget, que quitan el sentido y hasta el calor.
130 metros cuadrados bajo el cielo de Madrid y donde abrazar el electrizante ritmo del clubbing más postinero frente a una ciudad, que tampoco duerme, y que en agosto puede llegar a ser una delicia.
