Jacob Elordi se juega la carta de su destino frente a Diego Calva

y, bueno, también se comen la boca y tal...

 Y es que parece que a Jacob Elordi le siguen atrayendo esos papeles de intensito (como en su momento interpretaban Montgomery Clift o James Dean) tras su papel de Felix Catton en la morbosa Saltburn, que nos dejó al borde del éxtasis con Netflix como partner in crime. 

En esta ocasión es Julius Walker, el hermano de Lee (Will Poulter), que interrumpe la vida tranquila de este con su cuñada Muriel (Daisy Edgar-Jones), en la muy bronceada costa oeste de Estados Unidos, para encandilarla con su gran carisma e hipnotizarla con su pasión al juego, a las apuestas de caballos. Un punto de inflexión que comienza a resquebrajar su delicioso día a día en California junto a su marido, que pretende construir una vida para los 3, sin contar con que la escondida homosexualidad de Julius, soldado en la Guerra de Corea, le hace abandonarles para marchar a Las Vegas, mientras la realida de Muriel comienza a resquebrajarse cuando conoce a su vecina Sandra, algo no planeado por su marido. En Las Vegas, Julius encuentra trabajo en un casino y conoce a Henry (Diego Calva), compañero en el casino, del que se enamora y con el que comienza una secreta relación. 

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Y así es como con On Swift Horses (Indomables aquí en España) el director Daniel Minahan, basándose en la novela de Shannon Pufahl, hace que sus actores se jueguen el destino a una sola carta, que Elordi siga haciendo alarde de ese atractivo y morbo homosexual, del que lleva haciendo gala las últimas temporadas. 

Todo un disfrute para fanáticos de dramas densitos como Lejos del cielo o Carol, de esas películas que flirtean con el cine negro, pero no dejan de exudar puro romanticismo, mientras que se va construyendo un bonito retablo de amores complicados, poco convencionales, de encuentros furtivos, cruising, al margen de ese sueño americano que pretendía marcarse Lee.

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Una sorpresa para el espectador que no descansa entre tanto salto de cama, tirada de cartas (o dados), miradas cargadas de sexualidad e historias que necesitan ser contadas, de la misma manera que ese chute LGTBIQ+ en un verano donde los superhéroes y las de terror intentan salvar la taquilla de un Hollywood que, aún, se sigue reestructurando. ¡Vayan a verla! 

¡YA EN CINES!

P.D. Por cierto, ¿sabías que Jacob Elordi es medio vasco, pues su abuelo Joaquín Elordi (nacido en Ondarroa) emigró a Australia huyendo de la dictadura? Elordi siempre lo ha llevado a gala. ¡Como para no!

Texto_Bru Romero