Solo hace falta echar un ojo a lo que la firma francesa se trae entre manos para entrar en la primavera/verano 2025 con el pie derecho. Una colección inspirada en la danza y en la expresión corporal en blanco y negro, ofreciéndonos una descarada vuelta al romanticismo de las bellas siluetas.
De este modo, y apostándoselas a la sencillez más provocativa Ludovic de Saint Sernin nos habla de Nureyev, de Bausch y de Mapplethorpe, que no era bailarín pero su vida estuvo muy marcada por esos cuerpos desnudos, o en cueros, que hablaban por sí mismos.
Una colección que rezuma arte y morbo de principio a fin, regalándonos una serie de imágenes (y looks) dispuestos como si de esculturas se tratatasen, que miran fijamente al espectador con el fin de seducirle. Prendas que acompañan una silueta masculina que no tiene miedo a parecer ambigua, y que presume de su delicadeza.
Finas formas que envuelven al hombre de la primavera que llegará y que sabe como exprimir su esencia más masculina al ritmo de prendas sofisticadas en chifón o algodón, prácticas en sencilla napa o cuero y con una estética setentera, con tachuelas y elementos metálicos, a la que cuesta mucho resistirse.
Looks que impactan, que vuelven a romper las reglas de género y que gozan con el mismo brío con el que el fotógrafo Mapplethorpe sacaba la sexualidad de sus retratados, y que hoy vuelven a aparecerse frente a nosotros como espejismo fetichista de lo que en su momentos nos enamoró y hoy recordamos con la fuerza del que sabe que el erotismo no siempre tiene que estar ligado a la desnudez y sí con la manera en que usamos el cuerpo para transmitir sensaciones, sentimientos y lo más íntimos deseos.
Fotos: Adam Peter Johnson
