Parejo a su aparición en 1867, cuando el nitrito de amilo (uno de los poppers más conocidos)comenzó a usarse para el tratamiento de la angina de pecho, gracias a sus propiedades vasodilatadoras, fue también su uso con fines ligados con el divertimento. Así, la comunidad gay haría de él una de sus drogas recreativas más usadas, desde 1979, en esas noches orgásmicas de neón, pluma e inhalaciones en búsqueda de esa euforia, desinhibición sexual y relajación muscular tan atractiva.
Un uso que alertaba a la instituciones sanitarias que pronto restringiría su distribución y venta en gran parte del mundo, dados los crecientes casos de adicción a estas sustancias volátiles, pese a la baja peligrosidad que han demostrado, tras muchos años de investigación, producir su uso más o menos «indiscriminado» sobre la salud del ser humano. Pero, ¿qué efectos nocivos pueden tener si no medimos su uso?
- Dolor de cabeza, mareos, náuseas
- Presión en los ojos o en los senos paranasales, e incluso vahídos
- Trastornos visuales como la retinopatía y maculopatía
- Dificultad para tener una erección o ictus, infarto de miocardio o la muerte, si se mezcla con Viagra o Cialis
- Quemadura química si el líquido del popper cae sobre tu piel
- Disminución de la sensación de dolor (si te haces una herida ni te enterarás)
- Riesgo de sufrir metahemoglobinemia (enfermedad potencialmente mortal que se produce cuando las células sanguíneas contienen demasiada metahemoglobina, lo que dificulta el transporte de oxígeno por todo el cuerpo)
- Arritmias
- Tolerancia, cada vez querrás más y su ausencia provoca síntomas de abstinencia
Como ves, pese a que Troye Sivan le haya dedicado una canción al ‘Rush’, no todo es tan bonito por un rato de diversión y atrevida sexualidad. Por lo que si todo esto te suena y quieres cortar por lo sano, pide ayuda profesional a médicos expertos o especialistas en adicciones y déjate de ‘esnifaditas’. Te puedes divertir igual sin químicos, solo hay que ponerse a ello.