Texto_Bru Romero
Por eso, no podemos resistirnos a compartir contigo esas películas nacionales e internacionales que nos han hecho llorar, reír y disfrutar de lo lindo en este año que ya termina, y que pasará el relevo a 2026. Títulos que no deberías dejar de ver tanto si eres un cinéfilo de libro como si lo que pretendes es llevar la voz cantante en esa última cena del año, y evitar así esos temas políticos, sociales y/o religiosos, que no es de buen gusto tratar. ¿Empezamos?
Vingt Deux (La receta perfecta)
El primer largometraje de Louise Courvoisier se llevó el Prix de la Jeunesse en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes y 2 César a Mejor Ópera Prima y Mejor Actriz, por esta historia tan romántica como dura sobre lo complicada que es la vida de la gente del campo frente a la despreocupación de una juventud errática que no asume obligaciones.
Así, el día a día de Totone (Clément Faveau), un joven desarrapado de 18 años, que tiene que cuidar de su hermanita Claire (Luna Garret) tras la muerte de su padre, y afrontar los problemas económicos a los que se enfrenta, nos sitúa ante esta emotiva mirada y como testigos de excepción de su lucha por sacar todo hacia delante, poniendo en marcha su sueño de fabricar el mejor queso Comté de la campiña francesa. Un drama que no invita a la llorera y a la aceptación del duelo sin más, sino a la llorera y a la superación en un mundo tosco, donde las emociones son aparcadas porque empañan demasiado la vista.
Sinners (Pecadores)
Tratando de dejar atrás sus problemáticas vidas en Chicago en trabajos para la mafia, los gemelos Smoke y Stack (Michael B. Jordan) regresan a su ciudad natal, en el Delta del Mississippi de los años 30, para abrir un bar musical y darse cuenta de que lo peor está al caer.
Un película de terror gótico y sobrenatural dirigida, escrita y producida por Ryan Coogler en la que los conflictos raciales, el blues, la familia, la superstición, la espiritualidad, el sexo y la justa dósis de miedo y pavor se resuelven de ua manera excelente para aquellos a los que no les va cualquier cosa. El mejor plano secuencia del año pertenece a esta peli. ¡Atentos!
Wake up Dead Man (Puñales por la espalda: De entre los muertos)
Si creías que terceras partes eran mucho peores que las segundas, espérate a ver el regreso del detective Benoit Blanc (Daniel Craig) al frente de una pléyade de actores que le siguen a la zaga en talento. Así, Josh O'Connor, Josh Brolin, Andrew Scott, Mila Kunis y Glenn Close se ponen al servicio de la tercera entrega de esta saga que sigue tan viva y entretenida como las anteriores.
Un crimen cometido en la iglesia de un pueblito del estado de Nueva York donde los líderes políticos y religiosos apocalípticos están a la gresca en esta partida de ajedrez magistral.
Marty Supreme
El director Josh Safdie dirige esta película basada en hechos reales en la que Timothée Chalamet interpreta a un joven que con engaños y mucha labia se convierte en campeón de ping-pong. Un antihéroe que, en el Lower East Side de los 50, se abre camino decidido a mentir por lo que haga falta y así alcanzar su sueño convertirse en alguien famoso. Un enérgico Marty Mauser, despiadado y cómico en sus múltiples andanzas, escenas con la que hace gala de ese humor tan sarcástico como ágil, que deja a todos temblanndo y totalmente desprovistos de cualquier defensa.
Una película con la que esperemos se lleve, al fin, el Oscar nuestro dear Timmy, porque él lo vale. Irresistible.
Los Domingos
¿Qué harías si tu brillante hija de 17 años en lugar de querer ir a la universidad prefiere hacerse monja de clausura? El cisma familiar está servido en este drama dirigido por la vasca Alauda Ruíz de Azúa e interpretado por la perfecta Blanca Soroa, como Ainara Alzaga, una niña con un deseo mientras su tía considera que la Iglesia le está manipulando.
Una mirada mayúscula y sin artificios de más sobre lo desolador de esta sociedad que sigue fracasando, mientras se enfunda en tradición y se refugia en la fe porque es lo que toca, lo que nos han enseñado. Una cinta inmensa, intensa y cargada de temas tabú donde el dolor y el equilibrio van de la mano, mientras el cine se presenta en su máxima expresión. Concha de Oro en el Festival de San Sebastián. Como para no...
One Battle After Another (Una batalla tras otra)
Leo DiCaprio se ha propuesto no encasillarse y hacernos olvidar que suyos fueron las mejores pegatinas y pósteres de la Super Pop, interpretando papeles como el que se marca para Paul Thomas Anderson en esta adaptación de la novela Vineland, de Thomas Pynchon.
Un DiCaprio que se mete en las botas de Bob Ferguson, un exrevolucionario tan drogado como paranoico, que debe enfrentarse junto a su hija (Chase Infiniti) a un pasado que vuelve con Sean Penn como líder de una secta secreta supremacista blanca. Si te van las películas que no te dejan ni respirar, DiCaprio te da lo que necesitas.
Affeksjonsverdi (Valor sentimental)
Que un padre pretenda recuperar sus lazos familiares con sus hijas, después de haberlo dado todo por su profesión durante toda la vida, no nos debería sorprender, pero si el padre es Stellan Skarsgård, que interpreta uno de los mejores roles de su carrera, lo que estamos es ante una drama para gozárselo y una historia brillante la mires por donde la mires.
Vida y arte entrelazados a capricho para torpedeo de una unión familiar que salta por los aires, pero que tratan de reconducir no solo por el anhelo propio de lo que fue, sino por la fuerza que ejercen esos sentimientos sobre la propia identidad de cada uno, tocando las teclas adecuadas para que se desmorone todo. Un hurra por Joachim Trier, su director, y otro por el Gran Premio del Jurado, en Cannes, que se llevaron para casa.
Is This Thing On (¿Está funcionando esto?)
Una historia basada en las experiencias de John Bishop, comediante de Liverpool que vivió su particular procesión entre risas y aplausos de algún tugurio.
Hamnet
Paul Mescal y Jessie Buckley nos regalan una de las películas más bonitas, tristes y redondas del año, poniendo toda la carne en el asador para que las lágrimas fluyan con fundamento y su talento aflore hasta la extenuación. Una oportunidad para acercarse a la conmovedora vida y muerte del hijo de Shakespeare llevada a la pantalla grande por Chloé Zhao, mientras nos adentramos en un siglo XVI que no nos cansamos de revisitar.
Hamnet es, sin duda, una bellísima carta de amor que pese a que nos duela, no queremos dejar de leer una y otra vez. Si te va la dirección artística tanto como el guion o el guapo de Mescal, con Hamnet te llevas El Gordo.
Sorda
Llegó, concursó y venció en el Festival de Málaga y nosotros seguimos aplaudiendo a ese tándem forrmado por Miriam Garlo y Eva Libertad que nos deja una actuación y dirección para los anales del cine patrio. Una ópera prima donde el sentir inclusivo nos lo pide la rabiosa actualidad de la pareja protagonista (Garlo y Álvaro Cervantes) y su particular manera de bregar con la maternidad, la paternidad y el miedo en un mundo tan sordo como lleno de sonidos y palabras que no sermonean ni tratan de resultar condescendientes.
Bonito alegato en tiempos de tanta deshumanización. Nuestra Marlee Matlin a la española. ¡Brava!
