Alto Bardero, cuando el tiempo (que no pasa) sabe bien rico

Clásicos, clásicos y más clásicos. De eso trata la cocina que León Bonasso y Pablo Paternostro están haciendo en este restaurante, la extensión del Bardero de Arganzuela. 

Si comer es un verdadero gustazo, visitar Alto Bardero es ya entregarse al paraíso. El sueño hecho realidad de León Bonasso y Pablo Paternostro, que siguen dando buena cuenta de lo bien que se manejan en gastronómico tándem, mientras su apuesta por los clásicos (con alguna que otra licencia modernita) hacen lo suyo. 

Un restaurante que, recogiendo el éxito del Bardero de Aganzuela, goza de buena clientela, pues la mezcla entre comidas frugales y sobremesas tranquilas conviven en necesario equilibrio en cualquiera de sus dos ambientes. 

Cocina mediterránea de la buena, con alguna influ viajera y que en platos como su brioche de huevo trufado con crema de boletus y butifarra blanca, jugosa tortilla de patatas, canelón de confit de pato y queso scamorza, croquetas de jamón, salmón ahumado con salsa kabayaki y setas enoki en tempura y mayonesa eneldo, camarón de Huelva con huevos rotos, taco de anguila, katsu sando de lomo ibérico de bellota, secreto ibérico de bellota 100% confitado con parmentier de manzana y reducción de umeboshi o el pulpo kimuchi con gnocchi de patata asada conseguirá que aplaudas a rabiar, si es que aún no tienes los ojos en blanco. El trance culinario va a cuenta de la casa. 

alto bardero madrid 05

alto bardero madrid 004