Sí, eso es. Lo que oyes. Los Wilkerson vuelven a la pequeña pantalla por obra y gracia de Disney+ que, en su vuelta al redil del entretenimiento (y alejándose del frenesí woke) vuelve a apostar por esta familia disfuncional como as en la manga para ganarse a los más melancólicos del barrio.
El regreso de Frankie Muniz, Jane Kaczmarek y Bryan Cranston a sus recordados papeles en una muy esperada vuelta a esta sitcom creada por Linwood Boomer, que en 2000 le quitaba a más de uno tiempo de estudio.
Una serie que con tan solo una cámara recogía el testigo de otras como Dawson Crece, Boy meets world o, si echamos la vista más atrás, Padres forzosos y Los problemas crecen, seguía las locuras del joven genio Malcolm y su tan caótica como complicada familia, que ahora vuelven a encontrarse con sus fans cuando Hal y Lois (los padres) exigen la presencia de Malcolm y su hija en la fiesta de su 40 aniversario de bodas.
Una oportunidad ideal para recordar viejos tiempos y volver a esas historias de familias donde el humor, lo hilarante, las lágrimas y la cercanía nunca están reñidos y que, 20 años después y tras siete temporadas, vuelven a coger el timón de esas sitcoms atemporales que, de manera cíclica van asomándose. Lo único malo es que solo lleguen para cuatro episodios y nos dejen con ganas de más.
Texto: Bru Romero