Aunque hace unas semanas el director John Waters confirmaba su primera película en 20 años, parece que un jarro de agua fría le ha caído de pleno. Los números no dan, de momento, y la búsqueda de productor que de un buen empujón al proyecto parece que le está costando más de la cuenta al cineasta de Baltimor.
Quién le iba a decir a Mr. Waters que, habiendo dirigido ya clásicos del cine universal como ‘Pink Flamingos’, ‘Cosa de hembras’, Polyester’, ‘Hairspray’ o ‘Los asesinatos de mamá’, se enfrentaría a los mismos problemas que traen por la calle de la amargura a colegas como Francis Ford Coppola o David Lynch, que no consiguen convencer a distribuidores o a un gigante como Netflix (en el caso de Lynch) para seguir engrosando sus ya dilatadas carreras cinematográficas.
Aún así, John Waters no pierde la esperanza y espera que pronto pueda estar rodando la adaptación al cine de su novela ‘Liarmouth: A Feel-Bad Romance’, para la que ya tiene elegida a la protagonista. Y es que la actriz Aubrey Plaza (sí, la de ‘White Lotus’) ha conseguido seducir a Watters para hacerse con el papel de Marsha Sprinkles, una ladrona y estafadora sin pelos en la lengua.
No nos quedará otra que esperar y pensar que estas chinas en el camino nada tienen que ver con la edad de los directores que pretenden seguir rodando, pese a años de probado talento, maestría y un cine que se resiste a dejar de ser bueno y entretenido. Menos CGI y más guiones para aplaudir. ¡Qué diría Divine si levantara la peluca!