Porque si el año pasado triunfaste con los bañadores de esta firma que no pasa desapercibido, volvemos a ella como maná en tierra árida. Una nueva colección con la que apostarse todas las cartas al color y a todas las variantes posibles de ropa de baño masculina, que no se amedrenta ante la idea de adaptar elementos femeninos como el atado doble lateral en bañador tipo slip, que resulta bikini para hombretones sin prejuicios.
Un Patrick Church que, en su día de liberarse y de llevarnos de la mano hacia una naturalidad pasmosa, tira de energía setentera y el flow de aquellas sesiones boogie-boogie para insuflar de estampados vinage unos bañadores listos para triunfar. Planes húmedos que de la piscina al río, del río a la playa, pasando por ese barquito del amigo veraniego de todos los años, encuentran en esta completa selección el mejor partner in crime para darle ritmo a esos cuerpos al sol o a la sombra de un Negroni.
Prendas llena de energía, que traerán consigo planes megadivertidos, pero con ese toquecito entre lo festivo, lo ocioso y el morbillo de gotas de crema hidratante sobre eclécticos estampados, sobre esa piel que pide verano como gazpacho a altas temperaturas. La nostalgia siempre es bien.