Aunque está muy cerca de Marbella y Puerto Banús, lo cierto es que este resort tiene su propio ritmo. Aquí el tiempo parece ir más despacio. La arquitectura del hotel recuerda a una villa italiana clásica, con columnas, mármoles y jardines cuidados al milímetro. Pero lo que realmente sorprende es que no se trata solo de un hotel de lujo… también es un hotel museo.
Un lugar lleno de arte (literalmente)
Por todos lados hay arte. Más de 1.200 obras repartidas por los pasillos, patios y salones. Hay esculturas grecolatinas, pinturas antiguas, piezas ibéricas… y hasta un anfiteatro romano auténtico, donde se celebran eventos culturales. Durante el verano, por ejemplo, organizan una versión boutique de la ópera Carmen, con músicos en vivo, cena previa y un ambiente que no se olvida.
Habitaciones para descansar de verdad
El resort tiene 125 habitaciones, y cada una está pensada para ofrecer comodidad total. Algunas tienen vistas al campo de golf, otras al lago o a los jardines. También hay villas privadas con piscina, perfectas para quienes buscan desconectar en paz y con privacidad. La decoración mezcla arte clásico con un estilo elegante pero acogedor. Da la sensación de estar en una casa enorme y tranquila, más que en un hotel.
Comer aquí es una experiencia
La parte gastronómica merece una mención aparte. Hay diez restaurantes, cada uno con su propia personalidad. Por ejemplo:
La Veranda es el restaurante más clásico. Cocina elaborada frente al comensal, con platos que combinan recetas tradicionales con toques modernos.
La Loggia cambia según el momento del día: a mediodía ofrece cocina andaluza (como gazpacho o zoque) y por la noche, platos italianos como pasta y antipastos.
99 Sushi es ideal para quienes aman la comida japonesa de calidad, con una carta que mezcla lo tradicional con lo moderno.
La Pérgola e Irene’s Health Kitchen son más relajados, con opciones veganas, zumos naturales y platos ligeros.
En Olà Beirut, justo al lado del campo de golf, se puede disfrutar de comida libanesa bajo las estrellas, con brochetas, hummus y hasta shishas para terminar la noche.
Además, hay bares como Eddy’s Bar, perfecto para un cóctel tranquilo, y Hole 55, donde se sirven desayunos, ensaladas, tapas y vinos de la zona. Y en verano, el Beach Club frente al mar ofrece mariscos frescos y cocina andaluza con una vista espectacular.
Un spa que parece un templo romano
El Anantara Spa es de los más grandes de Europa y está pensado para que te olvides del mundo. Tiene más de 2.000 m² con termas romanas, baños turcos, duchas aromáticas, salas de masaje y tratamientos con marcas exclusivas. La decoración es impresionante: estatuas clásicas, vidrieras de colores, luz natural… todo invita a
relajarse.
Ofrecen masajes tailandeses, tratamientos detox, terapias con aceites esenciales, envolturas y mucho más. Incluso puedes hacerte un programa completo de bienestar
si te quedas varios días.
Golf, deporte y actividades para todos
Si te gusta el golf, este lugar es un paraíso. Tiene tres campos de golf de 18 hoyos:
Flamingos, con vistas al mar y montañas, ha sido sede de torneos internacionales.
Alferini, más técnico, está rodeado de naturaleza y es ideal para golfistas avanzados.
Tramores, más corto y perfecto para principiantes o quienes quieren mejorar su técnica.
También hay una academia de golf dirigida por el campeón Michael Campbell, lo que es un plus.
Para los que prefieren otros deportes, el Racquet Club tiene 11 pistas de pádel, 2 de tenis y campos de croquet. Y si viajas con niños, hay un Kids Club muy bien organizado, con actividades para que se entretengan mientras los adultos descansan.
Un lugar que cuida del planeta
Lo mejor es que, detrás de todo ese lujo, hay un compromiso real con la sostenibilidad. Han eliminado plásticos de un solo uso, usan productos reciclables, tienen cargadores eléctricos para coches, bombillas LED en todas partes y colaboran con empresas de reciclaje.
Además, muchos de los productos que se consumen en el hotel —como el pan, el aceite, el vino, la cerveza o incluso las mermeladas— provienen de productores
locales. Eso no solo garantiza frescura, sino que apoya la economía de la zona.
También colaboran con fundaciones como Fundatul, que ayuda a jóvenes con discapacidad a incorporarse al mundo laboral, y con Dreamland, una organización que cuida burros enfermos en Mijas.
Un verano con ópera y cenas bajo las estrellas
Una de las propuestas más especiales que ofrece el hotel en verano es la ópera Carmen en su anfiteatro romano. No es una ópera tradicional, sino una versión más breve e íntima (dura 75 minutos), con un pequeño grupo de músicos y cantantes de gran nivel. El entorno es tan espectacular que la experiencia se vuelve mágica.
Quienes quieran hacer de la noche algo aún más especial, pueden reservar una cena previa en La Veranda o 99 Sushi, con menús diseñados especialmente para la ocasión, maridados con vinos y servidos en terrazas con vistas.
Una escapada para recordar
En resumen, Anantara Villa Padierna es el tipo de lugar que lo tiene todo: belleza natural, arquitectura impresionante, buena comida, tranquilidad, arte, deporte, cultura y un servicio atento sin ser agobiante. Tanto si se busca un retiro de relax, unas vacaciones en pareja, unos días de golf o una escapada en familia, es un sitio que deja huella.
Es fácil entender por qué tantas personas repiten visita. Al final, no solo se trata de descansar en un hotel bonito, sino de vivir una experiencia completa, donde cada detalle cuenta. Y eso, en estos tiempos, se valora muchísimo.
Texto_Josep Ventura