Azimuth Rooftop: solo apta para amantes de la arquitectura y de la astronomía
Sí, eso he dicho, as-tro-no-mí-a. Y es que las estrellas no solo brillan en ese cielo que se vuelve tan meláncolico y romántico cuando te da por sucumbir a esos días más blanditos. Las estrellas están más cerca de lo que creemo, pues el Hotel Almanac Barcelona inaugura un concepto que nos atrapa al primer pestañeo. Una constelación urbana en la que cada edificio icónico de la Barcelona a la que cantaba Serrat se convierte en un cuerpo celeste que conforma un skyline digno de contemplar y con el que contemplar la ciudad desde otra perspectiva.
Así, Azimuth Rooftop adquiere rango superior en lo que se refiere a planes de día y de noche, pues todo le viene bien. Por el día, la opción de deleitarnos la vista con la bella estampa que forman la Sagrada Familia, el conjunto arquitectónico de las Casas Rocamora, el Edifico modernista de la Unión y el Fénix, el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón, en la cima del monte del Tibidabo, y la Catedral de Barcelona, se entremezcla con la posibilidad de disfrutar de participa en un concurso de pintura con acuarelas, talleres de cerámica astrológica o alguna que otra masterclass de astro-yoga, sin dejar de darle sorbos a esa coctelería de autor lista pensada para homenajear a esas constelaciones donde residen los suños.
Una alineación orbital que se mantiene por la noche donde música en vivo (¿afro house con percusión te parece bien?), una tarotista y una astróloga, para explorar tu destino, y los más deliciosos cócteles te guiarán a través de noches inolvidables bajo las estrellas de una Barcelona brillante y cinco exclusivos miradores, que elevarán el plan a planazo.
Sofía Bar & Tapas: un afterwork frenético y de lo más ideal
Cada jueves del cálido verano, el Sofía Bar & Tapas, del Grand Hyatt Barcelona, se viste de México para invocar a MESTIZA, una propuesta en colaboración con Patrón Tequila (¡qué buenas noches hemos pasado contigo, truhán!), con la idea de que tradición, ritmo y sabor confluyan para nuestro deleite. De este modo, de 19h a 22h, la terraza será una fiesta donde mariachis en vivo, DJ sets y un menú exclusivo maridado con cóceles a base de tequila te harán olvidar esas penas que te tienen tan achicopalado.
Además, con la intención de que no dejes compartir buenos momentos, su carta se renueva dejándonos temblando con esas raciones de calamares a la plancha, vitelo tonnato, pulpo a la gallega o una esqueixada de bacalao, tan perfectas para pelearse por el último bocado, que es el que queda en la comisura de los labios.
Si te vas animando y no quieres que decaiga el ritmo, siempre será buena opción pasarte por los dominios de nuestro chef del verano, Omar Malpartida, y disfrutar de esas bellas puestas de sol en el rooftop de Maymanta, en la planta 19, con unas tortitas de choclo y gamba roja, tartar y tuétano, pulpo anticuchero o ceviche a la brasa que tan bien combinan con unos piscos por Perú y todo lo rico y bueno de sus gentes. Si lo que quieres es algo más relajadito, Pachamana te seguirá acompasando al son que marquen la próxima mezcla de jarabe de goma, jugo de limón, claras de huevo y el oro peruano, su pisco.
P.D. Dadle recuerdos a Omar y decidle lo mucho que os gustó su entrevista de este número (¡ya en kioscos!)
La Terraza: alturas que saben a puro verano y tienen su propia banda sonora
La Terraza del Pulitzer vuelve un año más a refrescarnos esas tardes y noches tan especiales de un verano que queremos alargar todo lo que sea posible. Por eso, en una nueva edición, vuelve a la carga con #BuenasTardesPulitzer como hilo conductor que une tanto a huéspedes como locales que coinciden en sus ganas e interés por sumergirse en los talleres florales con The Flower House, pop-ups de una bebida tan artesana y tradicional como la horchata de La Campana, colaboraciones con marcas locales y artistas como Maria Medem y música, mucha buena música.
Planes que hasta el próximo mes de octubre amenizarán una agenda repleta de ratos para el más hedonista ocio que completa la jugada con una experiencia gastronómica de esas que te ponen los ojos en blanco, sin ser tú la niña del exorcista. Un homenaje, en clave gastro, al equipo del hotel que nos permite viajar desde Asia a Oriente Medio, pasando por Hispanoamérica, sin olvidarnos de ese Mediterráneo tan nuestro, a través de platos como su sándwich de pollo tikka con lombarda y salsa de menta y yogur, muhammara de pimiento del piquillo, quesadilla a la brasa con pico de gallo o pinsa bianca de butifarra, bimi y cebolla morada, tan deliciosas. La nota a la barcelonesa la ponen esas patatas bravas con piel y alioli de ajo asado y una croquetas de pollo rustido y trufa, que llaman a sus exclusivos Signature Cocktails a que hagan la gracia completa al son de un Mezcal Mango Sour o un Pulitzer Fizz, para exprimir los últimos rayos de sol del día.
Si los domingos son tu día, apúntate al Vermut del Pulitzer que de 13h a 16h se marca una sesiones de DJ’s en vinilo, muy propicias para ese amor de verano que, no dudamos, está a puntito de caer.
Salt Restaurant & Beach Club: el dúo mediterráneo necesario para lograr pasarte de nivel
Ubicado en primera línea de mar, el W Barcelona, el hotel más emblemático de la ciudad, ofrece una temporada estival repleta de experiencias únicas, pensadas para sorprender tanto a barceloneses como a visitantes. Así, el Salt Restaurant & Beach Club se convierte en el oasis contemporáneo, que andabas buscando, donde alta gastronomía, música electrónica, arte y mucho deporte al aire libre seran tus cicerones.
Junto a ellos, el icónico WET Deck vuelve a ser protagonista con las esperadas WET Deck Summer Series, celebradas cada domingo hasta el 31 de agosto. Inspiradas en la Barcelona Art Season, estas sesiones fusionan música electrónica de alto nivel, performances en vivo y una escenografía inmersiva que convierte el escenario en una obra interactiva. Nombres como Armand Van Helden, Roger Sánchez y Hot Since 82 destacan en la programación, junto a DJs residentes y un invitado especial aún por anunciar. Cada jornada contará con arte en vivo, graffiti digital, un photobooth y una propuesta gastronómica que incluye horno de pizzas y barras de cócteles. Una propuesta que se implementa con sus Pass Day exclusivo, durante la semana, para dos personas en WET Deck, con acceso total a la piscina, tumbonas, toallas, frutas frescas y esa botellita de Veuve Clicquot, ideal para quienes buscan una escapada de lujo sin salir de la ciudad.
En el terreno culinario, el restaurante FIRE mantiene su esencia con platos cocinados al fuego directo, centrados en el producto y el sabor auténtico. Actualmente, destaca una colaboración especial a cuatro manos con el restaurante Deliri, liderado por el chef David Morera, que aporta una visión precisa y profundamente personal de la cocina contemporánea. El SALT Beach Club completa la hazaña veraniega, con tapas informales, cócteles de autor y atardeceres, en tumbona, frente al mar. ¿Cómo no vamos a desconectar?
ElCielo: chapuzones, cócteles y rica gastronomía que empapar
Todo el mundo es bienvenido en la terraza del Sofitel Barcelona Skipper. Un oasis para almas libres que quieren desconectar del mundanal ruido para abrazar el éxtasis hecho ratito de ocio, pero de altura. Con estos mimbres, ElCielo es tu parada si quieres buenas distacciones entre tanto copeteo y piscolabis. Y es que en su agenda encontrarás actuaciones con DJ todos los sábados de 18h a 21h en ElCielo Is The Limit y una renovada carta gastronómica diseñada por el chef Jose Sánchez y con guiños a ese barrio de la Barceloneta, tan marinero como modernito, con unos toques a la francesa, que le van que ni pintado, disponible todos los días de 18h a 22h.
The Roof: la mejor parada para ver, ser visto y, en ocasiones, requetevisto
No eres nadie en Barcelona si no te has dejado caer por la terraza de The Barcelona EDITION. Te pongas como te pongas. Tra este aviso, es normal que The Roof saque pecho por la exlusividad que se vive en la 10ª planta del hotel. Una terraza mediterránea con todo lo necesario para que la jornada con la tranquilidad que nos merecemos entre aromáticas y una buganvilla tan veraniega como el speedo que llevamos.
Un lugar para resetear y desconectar de lo que no nos interesa entre vistas panorámicas, una piscinita de lo más apetecible y pintona y esa elegancia decadente del caer de la cera de las velas al ponerse el sol.
Y es que todo en The Roof todo exuda sofisticación y buen gusto. Desde la barra de mármol travertino, donde ejecutan los bármanes sus delicadas creaciones líquidas, a su entarimado de madera de iroko, pasando por esas butacas y hamacas tapizadas en tonos marfil, gris y azul o en mimbre, con vistas a las coloridas y onduladas formas del Mercat de Santa Caterina.
Un placer tan estético como el flow de Alain Delon en aquellas escenas de 'La Piscine', al que imaginamos entre blinis de caviar y crema agria, croquetas de jamón ibérico con láminas de ventresca de atún, panes con tomate para aburrir y un crudo de vieira con emulsión de limón y aceite de perejil, unas sardinas marinadas con escabeche de zanahoria y naranja o unos rigatoni pesto de calabacín, guanciale y limón para demostrar que el dolce far niente sigue vivo mientras siga habiendo gente con estilo que haga arte del placer de no hacer absolutamente nada.
La noche se sigue en el Punch Room, donde no decae el listón.
La Terraza del Central: sabores del Mare Nostrum para pasar del día a la noche
Ubicada en la planta 8ª del Grand Hotel Central nos alzamos sobre el barrio Gótico y frente a una Ciudad Condal que nos saluda y nos sirve de anfitriona de una experiencia inmejorable durante toda la jornada. Un hotspot donde las camas balinesas nos invitan a refrescarnos con margaritas o dry martinis y nos sirven no solo para disfutar de la música, del ambiente, sino de anticipo al viaje gastronómico que en La Terraza del Central tienen dispuerto para zarpar.
Un trayecto por la costa mediterránea donde cada plato es una parada para tomar aliento y degustar lo mejor de cada paso, desde el queso Halloumi frito de Chipre y el hummus egipcio, hasta la clásica ensalada griega acompañada de su inseparable Gyro de pollo. Los aromas de Turquía y Grecia continúan con el falafel de Lorenzo, el souvlaki de cordero y las salsas tahini y tzatziki. Llegamos a Italia gracias a su deliciosa burrata cremosa y pizzetas recién horneadas, mientras que España saboreamos las bravas, las croquetas y un jamón ibérico que dan para varios episodios en esta terraza que no se olvida de las sabores catalanes, con una hamburguesa de ternera de la Cerdanya con patatas fritas o un bacalao confitado, para bailarles una sardana y cantarles una rumba catalana (¡perdón, Alfred García!).
El restaurante con Can Bo, dirigido por el chef ejecutivo Lorenzo Cavazzoni (bajo la firma de Oliver Peña) nos redondea el día cuando el sol cae y toca bajar hasta la planta baja del hotel. ¡Qué bien se está cuando se está bien!
Texto_Bru Romero
