La única capaz de hacer sombra a Meryl Streep

Si pensabas que era casi imposible hacer que todas las miradas le dieran la espalda a la actriz americana

La única capaz de hacer sombra a Meryl Streep

Sobre la alfombra roja en la Croisette, solo decirte que no, que no sería tan improbable.

Y es que solo hace falta que los máximos encargados de su custodia abran el cofre que salvaguarda la ansiada Palma de Oro 2024, para entender el porqué de tanto alboroto. Una verdadera joya de orfebrería a la que aspira una de las diez posibles galardonadas a Mejor Película por la 77ª edición del Festival de Cannes.

Aunque todavía no sabemos si será ‘El aprendiz’, de Ali Abbasi, ‘Emilia Pérez’, de Jacques Audiard, ‘The Shrouds’, de David Cronenberg, ‘Kinds Of Kindness’, de Yórgos Lanthimos, ‘Megalópolis’, de Francis Ford Coppola o ‘Pájaro’, de Andrea Arnold, entre otro buen puñado de buen cine, quien se lleve el gato al agua este 2024, sí sabemos el poderío que gasta la Palma de Oro que alzarán frente al respetable. Un precioso trofeo que desde 1998 lleva diseñando la firma Chopard, para homenajear su particular unión con el mundo de cine y con el triunfo y sostenibilidad como su mejor expresión.

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Un matrimonio de lo más bien avenido que partiendo de un boceto de Caroline Scheufele, copresidenta y directora artística de Chopard, que sella su unión con este galardón en oro ético certificado Fairmined, toda una declaración de intenciones.

Un testimonio material del valor de lo artesanal como forma de expresión en un momento en el que la tecnología parece acapararlo todo, y las cosas hechas con el tesón y talento de unas manos parecen ya un recuerdo vintage de tiempos pasados que, algunos, queremos que sigan estando muy presentes.

Así, un único joyero, asistido por un equipo de artesanos, es el encargado de dedicar en torno a 70 horas de trabajo para transformar 118 gramos de oro ético en el mayor símbolo del cine francés. Un ballet de gestos minuciosos que desde la fundición a la cera perdida, seguida por etapas de recorte, limpieza, pulido y montaje nos enfrentan a un trabajo donde la maestría es la única guía y el artesano las manos que van dando forma a una obra de arte tan mágica y poética como cinematográfica.

Una palma en bello oro que no solo simboliza la exigencia del triunfo, sino el aplauso a esas nuevas maneras de entender y hacer cine, que han provocado un claro cambio y una renovación en los parámetros del séptimo arte como arte vivo en constante evolución.

La excelencia de lo artesanal premiando a lo estrictamente cinematográfico, un testamento firmado por Chopard para poner en valor esas historias que nos roban la razón y nos hacen soñar mientras nos convencen de que la estética, la ética y la artesanía unidas pueden llegar a robar la escena hasta a la Streep. No se lo tomes en cuenta, Meryl.