Texto_Bru Romero
Porque las cosas bien hechas son las que perduran, las que se hacen con cabeza y las que no son resultado de la improvisación, la firma española Zara vuelve a pillarnos con la marcha cambiada con su anuncio de flirteo con Soshiotsuki, el flamante ganador del LVMH Prize 2025 y al que más de uno (no les falta razón) ya se le parece a Giorgio Armani en su etapa más temprana.
Así, este joven diseñador con unas maneras que nos retrotraen a la sastrería antigua, la clásica, la que no perece y aguante cualquier moda se enfrenta al gigante Inditex y en la simbiósis surge una magia inesperada. Una colección que al nombre de A Sense of Togetherness, llega a tiendas el 4 de diciembre, recupera las formas y siluetas de aquellos 80/9, pero en Japón. Una época donde el minimalismo era la mayor sofisticación y la elegencia se vestía de tranquilidad textil, armonía sin supeficialidades de más.
Un canon de belleza totalmente atemporal
“No sabía que era considerado como tal, pero es sorprendente recibir esta atención internacional”, explicaba Soshi Otsuki hace poco en una entrevista y con esta afirmación seguían las comparaciones que abrumaban, pero no restaban validez y talento a un mensaje sartorial tan rotundo como cauteloso. Una tarjeta de presentación que llamaba la atención de Zara y todo su equipo textil para regocijo de todos ellos, que daban con la horma de un zapato necesitado de esos jóvenes talentos con algo que decir.


De este modo, Soshiotsuki se suma a esos diseñadores con una gan visión para el negocio con las que la firma española nos va sorprendiendo cada cierto tiempo, hablándonos de modernidad entendida desde la tradición, desde ese costumbrismo japonés que necesita de vínculos humanos necesarios para sostener mensajes que calen. Unas uniones de padres e hijos, hijos y padres, tan generacional como nostálgica, donde el diálogo nace a golpe de costura.
Un sentido de unión
Tras su paso por Central Saint Martins Soshi Otsuki fundó en 2015 su propia marca, Soshiotsuki, poniendo a casi todos los críticos y entendidos de acuerdo al resaltar tanto la buena confección de sus colecciones como la capacidad de inocularle al traje el rango que jamás debió perder. Trajes con historia, trajes impecables y bien plantaos, trajes que sientan como guantes, pues de Otsuki es el dominio de hacer de cada pieza una obra de arte, con esa sensibilidad oriental tan famosa como la sarcástica flema inglesa.
Una manera de crear, diseñar y contar historias que llama la atención de Zara y de ahí esta auténtica unión, que no hace otra cosa que resaltar el poderío de los patrones clásicos, pero con esa atención a la tendencia officecore tan candente como fusilada. Guiños ténicos, tailoring a la máxima potencia y unas formas tan refinidas como estudiadas, tan rotundas como equilibradas con muchas horas de trabajo tras de sí, piezas que, en muchos casos, se han fabricado a mano.



Una colección sobria en su línea de trajes y más desenfadada en su línea más de todo poner que te arrastrará a tu Zara de cabecera, pues la temporada invernal parece traer nostalgia en el horizonte y a Soshi Otsuki como el mejor guía que uno puede tener. Si tienes looks que preparar, de cara a las próximas fiestas, no estaría de más que le eches un ojo, no creemos que te puedas arrepentir. La sastrería es la nueva emoción.