Desde que la maniquí Charo Ruíz colgara los bellos vestidos de Pertegaz y Pedro Rodríguez, que la convirtieron en una de las indispensables en los shows de estos dos grandes diseñadores, el sueño de abrir su propio taller empezó a coger forma en Ibiza. Sus orígenes sevillanos y su gusto por la moda ibicenca, que sacaba a relucir la más pura esencia hippie que corría por sus venas, permitieron que cada uno de sus diseños tuviera identidad propia. Una carta de presentación que muy pronto enamoró a las féminas más sofisticadas del momento y que desde entonces ha hecho morir de envidia a esos hombres que le pedían que se decidiera a asaltar el armario masculino para teñirlo de pura vitalidad. Un órdago que este verano Ruíz recoge presentando Ritmo, su primera minicolección para hombre que, fijo, ya te mueres por lucir de camino a la playa.
Una primera cápsula menswear (o, mejor dicho, sin género) a la que los hombres más entregados a eso del vestir bien no podrán resistirse y con la que podrán alimentar su espíritu más bohemio y auténtico. Una camisa fluida y unos pantalones baggy, que meter en tu próximo petate y que como el modelo y mago John Steiner (también es el novio de Gala González) poder lucir en tu próxima aventura estival que ya iba pidiendo algo de alegría y buen rollo.
Prendas para las que la diseñadora se ha unido al artista Sebastian McGraham que vio en el voile 100% algodón el lienzo perfecto para dar rienda suelta al dinamismo de unos trazos que nos acompañarán durante la próxima temporada. Unos estampados que, ya sea en su versión en blanco o en negro, te harán brillar por encima del resto mientras tu ritmo no para y Charo Ruíz se convence de que su relación con el hombre boho (bohemio para los iniciados) no ha hecho más que empezar.