En invierno se come distinto. Cuando llega el frío cambiamos nuestra alimentación porque nuestro cuerpo necesita más calorías para poder mantener la temperatura. Lo mismo ocurre con lo que bebemos. Durante los meses de mayor frío el paladar se inclina por vinos con más cuerpo ay que combinan mejor con los guisos típicos de invierno como cocidos, estofados, cremas y sopas. Y esto se debe a que cuento cuanto más grasos sean los platos más presencia de taninos necesitaremos.
Para los apasionados de los platos de cuchara recopilamos a c continuación una selección del caldos que combinarán a la perfección en la mesa durante estos meses.
Malleolus
Con un packaging recientemente renovado, este Ribera del Duero está elaborado con uvas de Tempranillo de viñas con entre 25 y 75 años de edad. Su notable presencia en la boca hacen de este vino una opción idónea para aquellos paladares amantes de los asados de temporada. Le conquistará por su color picota incluso antes de llevárselo a la boca.
Otazu Altar
Elaborado con uvas 100% Cabernet Sauvignon, este tinto marida a la perfección con platos de caza mayor, carnes a la barbacoa, cordero al horno, cochinillo asado, carnes rojas y quesos curados. Sus 18 meses en barricas nueva de roble francés Allier y los 60 meses de envejecido en botella lo convierten en un vino ideal para acompañar una buena mesa durante los meses más fríos.
Mastines
Este vino de Pago de los Balancines lleva la variedad Garnacha Tintorera a sus límites. Su compleja elaboración don un doble proceso de selección hace lo convierten en un vino exclusivo. La raza de perro de la que toma su nombre intuye el carácter noble del caldo. Se trata de un homenaje a los guardianes de la fina, una opción perfecta para los amantes de la caza.
Valcavada
Resultado de un trabajo puntero en viticultura de lasta expresión, este caldo ha marcado la personalidad de los vinos de la bodega Solar de Samaniego. Su expresión en boca desvela uvas que han recogido el potencial de la rioja alabesa. Su elaboración con 90% Tempranillo y 10% Graciano le aportan un estilo único que lo convierten en un aliado de las carnes rojas.
Capitán Fanegas
Nos encontramos ante un coupage de Tempranillo Graciano elaborado en Rioja. Su creador María Ruiz-Clavijo crea vinos basados en el viñedo que reposa el tiempo necesario en los calados de la bodega familiar respetando la materia prima por encima de todo. Es ideal para los plato más ligeros del invierno ya que, a pesar de ser un tinto, tiene un estilo borgoñés fácil de beber.