Las despedidas son siempre tristes y más si la persona que se va o aquello a lo que decimos adiós es tan bueno que el simple hecho de marcharse nos sume en una inquietud que, a ratos, nos altera. Nos pasa con la salida del diseñador Kris Van Assche de Dior. ¿Por qué?, ¿y ahora qué?
«Después de once años en Dior Homme, mi mente y mi corazón están llenos de experiencias. Me voy de esta fantástica casa para perseguir nuevos desafíos», explica Kris Van Assche cuando tras más de una década al frente del segmento masculino de Dior pone fin a su relación con la marca que fundara, en 1946, Christian Dior. Tiempo más que suficiente para que se le haya tomado como un rara avis en el el mundo de la moda, ya que pocos diseñadores han durado tanto en su cargo.
Un diseñador que desde su llegada a Dior Homme en 2007, directo desde su propia marca y sin olvidar su paso por la también francesa Saint Laurent, supo hacerse su hueco a base de un estilo que conjugó sus ya famosos trajes tres piezas y su impecable dominio de la sastrería con su pasión, el buen gusto a la hora de combinar el puro lujo con guiños urbanos (como unas zapas deportivas de lo más molonas), las mezclas explosivas en sus campañas (por las que podíamos ver circulando desde Boy George a Rami Malek o John Legend, pasando por Dave Gahan o Robert Pattinson) o su certero interés por la juventud y los guiños deportivos, en clave minimalista, como necesario giro en el ejercicio aspiracional de una marca de alta costura.
Un recorrido en alza que se trunca con el cambio de directiva de la Maison Dior (sale su CEO Sidney Toledano y entra Pietro Beccari), que permite la llegada de Kim Jones como nuevo amo y señor de la firma y que mantiene el futuro de Kris Van Assche en el aire a la espera de una nueva localización dentro del grupo que preside Bernard Arnault. La moda es así. No para quieta. Nosotros seguiremos siendo fieles a Kris haga lo que haga. Así somos de amorosos.