No podemos decir que haya sido la mejor gala de la historia de los Oscar pero es que tampoco se esperaba. Quizá decir que fue una de las peores es más acertado y es que pese a algún que otro momento que salvó la noche, resultó ser una gala número 91 deslucida, sin chistes ni bromas que nos hicieran sonreír, sin apenas momentos de tensión en el reparto de premios y, como ya sabíamos, sin presentadores. Un despropósito que sin llegar a ser aburrido, fue indoloro, incoloro y sin sabor alguno. ¡Menos mal que estuvieron Barbra Streisand y Gaga para darle algo de brillo y boato a una gala que sin su brillo hubiera quedado absolutamente deslucida.

Aún sabiendo que la gala iba a ser una gala en automático, dado que ni había conductores de la gala ni se les esperaba (los primeros minutos con Amy Poehler, Maya Rudolph y Tina Fey no cuentan), no esperábamos que tampoco tuviera guión. Una ceremonia de 3 horas y 19 minutos en la que el ir y venir de actores dando premios y actores recibiéndolos fueron el toma y daca del día grande para un Hollywood que en momento en el que tenía todo de él, no supo aprovechar el momento.

Se alzaron con el premio Rami Malek como mejor actor por Bohemian Rhapsody y Mahershala Ali como secundario en Green Book; Olivia Colman, mejor actriz por La Favorita y Regina King como secundaria en If Beale Street Could Talk; Spider-Man: Un nuevo universo consiguió el de mejor película de animación mientras que que Black Panther se apuntaba el de mejor banda sonora. Spike Lee consiguió el Oscar a mejor guión adaptado pero perdió el de director frente Alfonso Cuarón que también se llevaba a casa el de mejor película de habla no inglesa y el de mejor fotografía confirmando que la noche era suya, absolutamente mexicana. No pudo, por el contrario, coronarse como director de la mejor película del año que fue a parar a la blandita Green Book, del mismo modo que nuestro Sorogoyen no se llevó el suyo al mejor cortometraje.

La gala remontó casi al final con el duelo de Lady Gaga y Bradley Cooper desgañitándose en vivo con su Shallow de A Star is Born que ganó el premio a mejor canción; con la aparición de Barbra Streisand y todo el público en pie. Ni iba a cantar, ni dar un premio, solo introducía una de las películas nominadas de la noche, en este caso, BlacKkKlansman. 3 minutos en los que la audiencia no respiró y Spike Lee quedó bendecido y una Julia Roberts que con el mismo papel que Faye Dunaway y Warren Beatty, el año pasado, se encargó de presentar el premio a Green Book y poner el broche final de una noche aséptica y sin poca emoción.

P.D. Glenn Close, esta vez no te llevaste el Oscar a casa. Sorry. Inténtelo de nuevo.

Y como dicen que beber para olvidar, nosotros lo haremos dejando la copa a un lado y deleitándonos con los looks de los mejor vestidos, a ver si al menos nos hace olvidar semejante pérdida de tiempo y sin tener resaca. Academia de Hollywood, un poquito de autocrítica para el año que viene no les vendría mal.

Posted by:Bru Romero

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

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