Si pensamos que la producción de carne emite más del 18% de los gases de efecto invernadero (mucho más que el preocupante tráfico), además de haberse convertido en la culpable de que el agua cada vez escasee más y la deforestación sea otro de los males que venimos arrastrando, pensar en hacer algo respecto debería ser todo un imperativo. ¿No sabes el qué? Paul McCartney y familia te echan un cable.

La canción de Los Beatles Eight Days a Week (del álbum Beatles For Sale) se convirtió en uno de los grandes éxitos de 1964. Ahora, casi  60 años después, vuelve a resonar en la cabeza de todos pero por un motivo de conciencia ciudadana: el cambio climático.

A sus 75 años, el McCartney más comprometido (animales, minas terrestres petróleo en el Ártico…) vuelve a la carga con el cambio climático a golpe de documental (One Day a Week), rodeado de sus hijas y de caras tan conocidas como las de Emma Stone y Woody Harrelson que comparten un mensaje claro: #MeatFreeMonday. Una campaña con la que, movidos por su defensa (también) de la dieta vegetariana, plantean un cambio de mentalidad frente a esta crisis planetaria subrayando “la acuciante necesidad” de no comer productos animales un día a la semana como pequeña/gran ayuda a la problemática.

Un intento de evitar que se sigan repitiendo las terroríficas cifras de una industria animal que para producir una hamburguesa consume la misma cantidad de agua que una ducha de cuatro horas y cuyo compromiso con la naturaleza no se queda en lo meramente publicitario. ¡Todos con los McCartney, señores!