La idea de Anthony Vaccarello de celebrar el desfile de Saint Laurent para la p/v 2018 en pleno Trocadero parisino no solo alimentó la leyenda de una de las marcas (en su variante masculina) más francesas que existen en la actualidad sino que volvió a defender su puesto como firma liberal y sofisticada a un nivel difícilmente alcanzable. ¿Acaso no vestirías de Saint Laurent todo el rato?
Vaccarello ha conseguido que queramos hacernos con todas las prendas de cada una de sus colecciones. Da igual que seamos altos o bajos, jóvenes o mayores, delgados o menos cuidadosos con la dieta, nos lanzamos a una nueva temporada con la intriga de saber qué será lo nuevo que tendrá el diseñador preparado para nosotros. Y para la temporada veraniega que viene no nos defrauda. Volvemos a quererlo (casi) todo.
Looks que sacan lo mejor de nosotros, que nos conquistan cruzando de nuevo las reglas propias de la casa madre para volver a dar un paso al frente y revolucionando nuestro armario. Una colección que sigue alimentando a ese espíritu ochentero del que no queremos despegarnos con una suerte de prendas dispuestas para la festividad más classy y los after más trash. Imágenes desenfadas entre delicadas blusas oversize, bomber de raso o terciopelo con motivos fantasía, entalladas americanas, lentejuelas, juegos de piel en perfecta combinación que resaltan aún más si cabe ese sentir chic que siempre ha corrido por nuestras venas.
Un viaje a ese Yves Saint Laurent que nos vestía con una sofisticación nunca antes vista y que nos permitía la licencia de poder vivir nuestras prendas hasta el amanecer sin que estas se mostraran trasnochadas que ahora recupera Vaccarello sin caer en la copia o la más ñoña melancolía. Códigos absolutamente progresistas en un tiempo en el que debemos seguir al frente y no a la sombra, donde el pasarlo bien gana la batalla a la depresión más aburrida y siempre en tonos negro como paleta en degradado de nuestra más auténtica autodeterminación y liderazgo. Somos lo que vestimos y nuestra más plena convicción es la provocación.