Los escándalos en Hollywood no son cosa que únicamente competa a los recientemente vilipendiados Harvey Weinstein o Kevin Spacey. Desde que Hollywoodland dejó de llamarse Hollywoodland para llamarse Hollywood (y de esto hace ya más años casi que antigüedad tiene el hilo negro), la tierra de las oportunidades y de los sueños por cumplir ha sido también una enorme caja de Pandora que pocos han querido abrir. Y si no que se lo digan al actor Robert Wagner que vuelve a ser llamado por las autoridades para intentar esclarecer el caso de la muerte de su mujer Natalie Wood y cerrarlo definitivamente.
Desde la supuesta homosexualidad de John Travolta y Tom Cruise, los escarceos de Arnold Schwarzenegger con su empleada del hogar, las públicas críticas de Tatum O’Neal a su padre Ryan por haberla inducido a las drogas y al mundo del sexo, el arresto de Hugh Grant por escándalo público al dejarse hacer sexo oral por una prostituta en su coche, las broncas de Burton y Taylor que se curaban con joyas y continuos matrimonios, el despendole bisexual de Marlene Dietrich o Errol Flynn, el asesinato de Sharon Tate (la mujer de Roman Polanski) por la secta del recientemente fallecido Charles Manson o la adicción a la cocaína de Tallulah Bankhead (y eso sin contar el jugoso tándem Monroe-Kennedy), Hollywood no se ha privado de ni un solo follón.
Casos que han dado a la prensa ríos y ríos de tinta con los que cubrir páginas como ocurriera a principios de los 80 cuando la actriz Natalie Wood desaparecía en aguas californianas tras caer del yate Splendour, en el que se encontraba junto a su marido y el actor y amigo de la pareja Christopher Walken. Un accidente que en principio pareció fortuito pero sobre el que siempre sobrevoló la duda y el resquemor de que si realmente había sido su marido el que la había tirado al mar al descubrir que mantenía un flirteo con Walken o tras una agitada y ebria pelea motivada por personales y laborales (de entre las muchas versiones).
Un suceso que vuelve a abrirse tras haberse repasado el caso en los últimos 6 años y seguir manteniendo que Wagner es una “persona de interés” para la investigación y para los inspectores que pretenden llegar al quid de la cuestión, al motivo por el que Wood se precipitó a las aguas que tanto miedo le daban mientras pasaba unas vacaciones en alta mar que truncaron una carrera en declive. Tendremos culebrón para rato.