Si Antoine de Saint-Exupéry siguiera vivo, lo más seguro es que escribiría la segunda parte de El Principito (porque sus editores se la pedirían) con Montblanc. Herramientas de trabajo con las que seguiríamos los pasos de este personaje creado en 1943 y al que más de 70 años después homenajea la firma de plumas y estilográficas europea más reconocida.

¿Quién no ha disfrutado en algún momento de su vida con este pequeño cuento para adultos? ¿quién no ha recapacitado por un instante en lo subliminal de esta historia de valores fundamentales? Rindiéndose ante una de las novelas cortas más famosas de todos los tiempos, Montblanc presenta su colección Le Petit Prince para uso y disfrute tanto de los amantes de la obra como para aquellos que les gustan las ediciones exclusivas (que no limitadas).

Imaginación y creatividad unidas en una selección de artículos de escritura grabados y una emblemática Meisterstück que por vez primera tiñe su negro azabache de resina azul, el mismo que colorea la portada de El Principito. Motivos literarios que nos retrotraen a nuestra infancia/adolescencia y que sirven para innovar y renovar un producto que sigue manteniendo el estilo, la elegancia y ese toque a básico que convierte a sus plumas en imprescindibles.

Una primera línea que estará presente en tiendas durante, al menos, 3 años y que se hace acompañar por la figura del zorro (personaje tan importante en la novela) como común denominador de las 3 primeras piezas Montblanc dispuestas para sacar el soñador que hay en ti. De este modo, nos encontramos con las plumas Classique, Solitarire y Solitaire Doué Classique creadas a partir de un proceso de producción en 35 pasos (la mayoría artesanales). Piezas estilográficas a las que se añaden, también, sus versiones en roller ball y esferógrafo.

¿Guiños simpático? El grabado de la frase “¿Para establecer lazos?… Para mí, serás único en todo el mundo” en la corona, la estrella en el clip recordándonos aquella conversación con el piloto en el que El Principito le explicaba que podría escuchar su risa cada vez que mirara las estrellas y, por último, la posibilidad de hacerse con la tinta anaranjada (como la piel del zorro) si ya eres un pro de la obra de Saint-Exupéry. Si aún te parece poco siempre podrás seguir con un cuaderno en piel Saffiano con grabado de la escena del niño y el animal, unos gemelos de acero, una pinza para billetes o una pulsera de piel trenzada. Porque esta vez, y desdiciendo al escritor y piloto francés, lo esencial sí que es visible a los ojos.

Posted by:Bru Romero

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

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