El mundo se va a la mierda. Sí, tal cual. Si pensabas que lo habías visto todo y que nada más te podía sorprender, coge sitio y ponte a leer porque lo que viene es bastante asombroso. Subiéndose al carro del movimiento ‘Me Too’ y con más caradura que vergüenza, el niño que en su día se convirtiera en icono noventero gracias a la portada del ‘Nevermind’ de Nirvana parece que no está muy contento con semejante medallita sino al contrario pues acaba de demandar a la banda por “pornografía infantil”. ¿Cómo te quedas?
Han tenido que pasar 30 años, los mismos que se cumplen de la publicación del segundo álbum de estudio, para que el pequeño Spencer Elden (hoy, un melenudo Spencer) haya decidido emprender acciones legales contra la banda que lo lanzó al estrellato.
“Los demandados utilizaron la pornografía infantil en la que aparecía Spencer como un elemento esencial de un esquema de promoción de discos comúnmente utilizado en la industria musical para llamar la atención, en el que las portadas de los álbumes posaban a los niños de una manera sexualmente provocativa para ganar notoriedad, impulsar las ventas, y obtener la atención de los medios de comunicación, y las críticas”, se puede leer en la demanda impuesta contra el grupo de Aberdeen (Washington) que vendió la friolera de 35 millones de copias de este disco hoy en entredicho.
Un escrito que pide 150.000 dólares a cada uno de los 17 acusados (entre los que se encuentra la banda, Courtney Love, el fotógrafo y el diseñador gráfico del álbum en cuestión, así como las compañías discográficos que lo movieron), una sinvergonzonería a sabiendas que Spencer mucho más lejos de estar enfurecido por semejante agravio, celebraría el decimoquinto y vigésimo quinto aniversario recreando la portada con la que hoy lleva a los tribunales a la banda de Kurt Cobain. Según Spencer, a sus padres les pagaron 200 dólares por la foto, no firmaron ninguna autorización para publicarla y Nevermind ha vendido hasta la fecha más de 35 millones de copias. ¡Menudo morro se gastan algunos!