Uno piensa en Guy Ritchie y el Rey Arturo y sólo puede ponerse a fibrilar. Y se mete en wikipedia, y lee las andanzas y grandezas del personaje, recuerda la película clásica de Disney, esboza lo que puede ser el éxito de la aventura medieval hecha con las técnicas de hoy y como que, oye, hay ganas de verla. Y luego va al cine, con la emoción del momento, con la idea de encontrarse una mezcla de Juego de Tronos, Star Trek y Troya en pantalla grande: fantasía, efectos especiales y anabolizantes. Pero con historia, con personajes que te digan algo, que te emocionen un poco, esa lágrima a punto de asomar porque estamos ante cine con mayúsculas. Pero empieza la peli, y no pasa nada y lo que pasa no lo entiendes. ¿Seré yo que no termino de entrar en la historia? Pero acaba la película, caras largas, incomprensión general y al fin dices ¿Cómo? y te das cuenta de que hay dos horas de tu vida que te han robado y que ya nunca recuperarás.
Seamos serios: Rey Aturo: La Leyenda de Excalibur es una broma de mal gusto. Un desatino. Una película aburrida y estúpida, de un director eficaz pero irregular, que en esta ocasión ha dado contra el mayor muro de piedra que se puede hallar en un guion: la idiotez. Nada tiene sentido en este compendio de batallas y chorros de sangre, sólo, si acaso, que ésa es su razón de ser, su sentido y su fin. La guerra. Pero hay guerras y guerras y esta… es muy mala. Ni siquiera se libra Charlie Hunnam, ese Rey Arturo guapo, canallesco y de buen corazón, de este sutil coñazo sólo salpicado de algún momento pasable gracias a la presencia de Jude Law y de Eric Bana.
En un verano marcado por la presencia de grandes estrenos, parece que Rey Arturo: la Leyenda de Excalibur quiere pasar inadvertida ante las miradas más exigentes, parece que quiere colarse en las pantallas como una opción pasable a las largas tardes de calor, como si no nos fuéramos a dar cuenta de lo mala y aburrida que es, como si el boca oreja no fuera a prevenirnos de caer en sus redes. No lo hagan. Yo lo hice y no hay vuelta atrás.
Posted by:Belén Ester Casas

Friki de Star Wars y de Bergman, de Sexo en Nueva York y de Sergio Leone. Sí, es posible. Resumo la historia del cine en tres palabras: Ford, Hitchcock y Spielberg.

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