¿Qué podríamos decir a estas alturas de la sempiterna relación entre la moda y el cine? Pues todo. Dos formas de lenguaje que han ido de la mano desde que nacieron y que como hermanos gemelos (o mellizos) es complicado separar. No podríamos entender los estilismos de Bowie según San Yamamoto, Richard Gere en los 90 o, incluso, Aldo Comas que introduce a la música y a los deportes de riesgo en la ecuación. There’s no business like fashion business y Prada también lo sabe.
La firma italiana, fiel a seguir un paso más hacia delante que el resto de sus compañeras, ficha al cineasta Pedro Almodóvar para su última campaña. Un nuevo capítulo de su particular 365 (que es la nueva manera de la casa italiana de entender las campañas de moda a base de historias) que con el nombre Auteur nos presentan a un Almodóvar encantado de vestir las últimas prendas diseñadas por Miuccia y que forman parte de la línea otoño/invierno 2017.
Una imagen inusual la del manchego que nos tiene acostumbrados a estar tras la lente y no el punto de mira y que para esta ocasión se pone al servicio del fotógrafo que tan bien ha fotografiado las colecciones de Givenchy o Raf Simons, Willy Vanderperre.
El artista belga saca lo mejor de nuestro director más reconocido (y querido) allende los mares en una suerte de estilismos arty y donde “obsesiones creativas” de Miuccia y Pedro se completan como si fuera una. Una fusión que da como resultado una visión vanguardista de lo que ambos nombres suponen en sus respectivas profesiones que no son dos sino una puesto que como vemos, el final resulta indivisible. Una campaña que se completa con 30 segundos de material audiovisual en el que Pedro no deja de ser Pedro y Prada sin dejar de ser Prada, huele a Pedro.