¿Qué tienen en común Daniel Craig, Ryan Reynolds, Hugh Jackman, Johannes Huebl o Jamie Redknapp, aparte de tener unos físicos por encima de la media que les convierten en nuestro modelo a seguir ante la operación verano que ya asoma sus rayos? Pues que todos ellos, saben cómo resultar impecables en una de las situaciones en que el hombre (y también algunas mujeres, que conste) puede pasar de 100 a 0, con la misma velocidad que una ola de mar rompe sobre las aguas o una gaviota sobrevuela nuestro beach club particular, es decir, el momento de cambiarse al bañador.

Todo el mundo desea que el verano llegue. Una época estival en la que recargamos pilas a cada caña, vermú o cóctel que nos tomamos en esas terrazas que salpican las aceras urbanas y que nos regalan el mejor descanso después de una jornada laboral al calor de la pantalla del ordenador. Tiempo en el que decidimos cogernos esas vacaciones soñadas y retomar aquellas sesiones de sol, arena y mar que dejamos en standby hace unos 6 meses. Pero, ¿estás preparado para cambiar la ropa de diario por el traje de baño?

Para muchos, esta pregunta está más que respondida. Sus horas de gimnasio y batidos proteicos piden a gritos que se desquiten de cualquier tipo de capa entre sus cuerpos y los rayos de sol porque sus cuerpos apolíneos exigen llevar a cabo su labor social. Otros, mientras tanto, se siguen preguntando si dar o no el salto. Es en este momento cuando Adam Brown y su firma de bañadores Orlebar Brown se convierten en nuestra particular agua de Lourdes.

Y todo porque estos bañadores, creados en 2005 para romper la desidia y poca presencia estética de las trajes de baño masculinos, fueron diseñados no como prendas de baño, sino como prendas con las que poder bañarse. De ahí que surgiera este must del hombre que también debería vestir con gusto y distinción en esos días que se juega su estilo a una única prenda, a un patrón formado por 30 piezas, inspirado por la sastrería clásica que conquista a todo el que se lo prueba  y que gracias a una serie de pretinas, cinturones y bolsillos laterales, costuras traseras y cremallera lo convierten en el guante que nuestros cuerpos ya bronceados o en proceso de, necesitan.

 

Posted by:Bru Romero

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

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