El auge del empoderamiento (¡odio esa palabra!) femenino ha ido parejo a esa idea de lo difícil que es ser mujer (aún) en los tiempos que corren. Si bien es cierto que ser mujer no es tarea fácil, dado el interés de muchos hombres de oprimirlas y recordarlas que son el sexo débil (¿en serio?), es importante reconocer que ser hombre tampoco lo es. Que sí, que puede que desde el punto de vista laboral y/o social al hombre se le abran todas las puertas y esté mucho mejor visto y/o aceptado todo lo que provenga de él pero la psicología masculina también tiene lo suyo. No es tarea nada fácil (tampoco) ser humano y aguantarnos a nosotros mismos.
Nos piden (en algunos casos se nos exige) que tengamos que ser fuertes (física y mentalmente), que seamos la roca en la que agarrarse, que seamos manitas, autosuficientes, buenos conductores, gamers de primera, empáticos, extremadamente sociales, unos atletas virtuosos dentro y fuera del round. Eso sin contar a lo que se espera de nosotros en la cama. Demasiada presión, algo absolutamente insostenible.
Según un estudio realizada, en el Reino Unido por YouGov, a un grupo de hombres de entre 18 a 24 años, solo el 3% de los encuestados asociaron lo masculino a la amabilidad y un 1% lo relacionó a conceptos como el respeto, apoyo y honestidad. Por otro lado, de cada 3 hombres, 2 confirmaban sentirse agobiados por estar casi obligados a demostrar lo hombretones que son y para prueba… llorar en público. Porque si eres hombre y lloras en público, olvídate de despertar pena sino, más bien, provocar risas por ser un hombre que llora.
La situación actual del hombre, según su evolución a lo largo de los siglos, constata que el hombre o sigue los instintos primarios y/o comportamientos que se esperan de él o se enfrenta al rechazo, no solo de los otros miembros del rebaño sino también de muchas mujeres. ¿Sabías, además, que los hombres más agradables y con mayor capacidad para ser comprensivo cobra menos que aquellos que muestran su soberbia y enfado constante con el mundo que los rodea? Pues, apúntate el dato porque lo dice un estudio de la Universidad de Yale.
Que nos estén machacando con el peso de los parámetros propios a tener en cuenta para actuar como un hombre-hombre provoca que sintamos cíclicamente que no estamos a la altura. De ahí, que por poner un ejemplo, en Londres el 75% de personas que se suicidan son hombres. Casos a tener en cuenta para llegar al meollo del problema: ser hombre tampoco es tan fácil. Y es que se han puesto tantas expectativas en lo que debemos entender como un hombre (hecho y derecho) que el sentirse vulnerable no nos está permitido. ¿Acaso somos rocas que ni sentimos ni padecemos? ¿Deben existir normas para ser un hombre ideal? ¿Tiene que existir un hombre ideal? ¿Los hombres deben ocultar sus sentimientos para no mostrar su vulnerabilidad? ¿Si te sientes orgulloso de vivir según características propias de las mujeres como la gentileza y la empatía, debes pedir perdón por ello? ¿A quién ofendes? ¿Los chicos no lloran, como cantaba Miguel Bosé? Hágasenlo mirar y recuerden con los hombres no mueren en la actualidad por haber nacido hombres sino por lo que significa ser hombre en nuestros días. Algo duro.