Hay cosas que nos parecen irreales, otras incomprensibles, algunas hasta pura fantasía pero si algo nos parece maravilla fueron aquellos vídeos que Bertín Osborne se atrevió a colgar desde su perfil en Youtube; vídeos que se encargaban de aleccionarnos sobre quehaceres de lo más doméstico que a más de uno se le escapan. Con su última grabación, hace 9 meses, solo pedimos que Osborne siga deleitándonos con tanta sabiduría de andar por casa.
No sabemos si por promoción, por simple aburrimiento o porque la carrera musical no le da para comprarse la casa que quiere (y lleva buscando años) pero que Bertín Osborne se haya convertido en influencer/youtuber es pura fantasía cañí. Y es que sus vídeos posteados están a medio camino entre material de lo más kitsch (solo apto para frikis de lo muy televisivo) y joyas para esas generaciones que piensan que están de vuelta de todo y que ya nada les va a sorprender.
La estrella del Telecinco actual, cantante favorito de amas de casa insatisfechas y español 100% pata negra (en ocasiones un poco casposo, sí) nos enseña a planchar, a limpiar zapatos de piel, a enderezar cuadros, a hacer una maleta perfectamente y a cocer huevos pero queremos más. Hay tantas labores de las que se sabe tan poco y que no sabemos completar a la perfección que no encontramos personaje más apropiado que Osborne para que nos saque de cualquier duda. Y es que, como bien decía en su primer vídeo, Bertín está ahí “para hacernos la vida más fácil”.
Una vida que desde que dejó su vena más virtual está desnuda y empieza a oscurecer porque, seguramente, tampoco sepamos secar los cristales como merecen, hacer el potaje de verduras al punto que lo hace nuestra madre, pasar el polvo sin que vuelva a caer y esto se convierta en bucle, limpiar los suelos sin que queden remostosos, coser sin que gastemos media bovina en el intento, freir un par de huevos con su consiguiente puntillita o cambiar un enchufe sin que nos de una descarga que nos deje vegetal. Y esto solo para seguir.
Una experiencia que no debería quedar en simple anécdota y que debería seguir sumando contenidos como likes de fieles seguidores. Likes que él mismo pide sin saber a qué nos referimos con los likes pero que con ese desparpajo y deje propio del tío guapo que se hace pasar un poco por tonto para caer en gracia, ser gracioso cuando nos apetece un extra y darnos tener temas de los que hablar cuando nos sentemos a una mesa y no sepamos si es correcto o no levantarse después del segundo plato y antes del postre o quitarse la americana antes de sentarnos a la mesa. ¡Queremos saber más, Bertín! Deja de cantar y sigue con tu carrera como influencer. Nos influyes mogollón.