Nunca hemos tenido ni la menor duda de que Australia tiene un color especial. País soberano de Oceanía, el sexto país más grande del mundo con una superficie de casi 7,5 millones de km2, lugar donde aún convive la población indígena con la no aborigen y paraíso de los amantes de la naturaleza, la perfecta climatología, la buena vida y… esos australianos que tienen en los Hemsworth sus mejores embajadores.

Si empezamos a enumerar australianos, tendríamos que dejarlo porque las comparaciones con lo que estamos acostumbrados a ver son, absolutamente, muy odiosas pero es que no es muy complicado no pensar en la mirada de Matthew Mcconaughey, esa barbita desaliñada de Hugh Jackman, la sonrisa canalla de Mel Gibson, el pelazo de Simon Baker o el todo por el todo de los hermanos Hemsworth…¡los 3! Hasta que hemos conocido al padre, a Craig Hemsworth.

Siempre se ha dicho que de tal palo tal astilla pero, sin duda, que lo de esta familia no es normal. Los hay imponentes como el famoso monte Uluru, en el australiano Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, pero es que el patriarca de esta familia mezcla holandesa y mezcla del país que vio nacer a Kylie Minogue es un portento anti-aging.

Hace unas semanas, el actor Liam Hemsworth (hijo pequeño después de Luke y Liam) subía a Instagram una instantánea con sus padres Craig y Leonie por los montes californianos. Todas las miradas se ponían al segundo sobre el enorme bíceps que marcaba y la excelente tonificación que mostraba su padre, un ex asesor de Servicios Sociales por el que ahora entendemos las figuras apolíneas y bien cinceladas de sus vástagos, el fulgor de su musculatura de pies a cabeza y esa apariencia de hombres rudos de campo que tantos buenos sueños nos han hecho pasar. Un dilf por derecho propio y una oportunidad para Marvel de sacarse a un superhéroe talludito de la manga y ofrecérselo al bueno(rro) de Craig, padre de Thor.

Posted by:Bru Romero

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

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