¿Por dónde empezar? Tom Cruise está a punto de cumplir 55 tacos. Y la acción ya no es su género. Y eso que no es mal actor y corre que se las pela y está en forma y tiene ahí sus rollos raros con la vida y es un hombre tan espontáneo y sonriente como se le ve en televisión. Pero éste ya no es su género. Tiene potencial artístico suficiente para hacer melodrama, pero se empeña en acción, acción y más acción. Entonces partamos de la base de que hace un cine que no es para él… Y con todo y con eso de vez en cuando hace acción de la buena como Mission Imposible y luego acción de la mala, como esto. Atención que no decimos “acción de la mala como ésta”, sino “como esto”. Porque esto es un subproducto para el que no existen palabras.

Una princesa antigua se despierta muy cabreada porque su destino le fue arrebatado injustamente y clama venganza. Y arrasa con todo lo que pilla hasta que llega el viejo Tom y salva a la humanidad. Fin. Eso es La Momia. Dos horas. Diez euros. Un detritus mental. Usted verá.

Capitán calzoncillos, su primer peliculón sí que merece un momento. Que el cine de grandes héroes y valores -incluso el de cuestionables princesas encantadoras que vivían por y para ser salvadas por un príncipe- ha sido desplazado por el cine del “caca culo pedo pis” es una obviedad. Que los niños ahora lo que quieren es un cine de animación de acción trepidante, caídas, gansadas y astracanadas, también. Es una moda, como otra cualquiera que pasará. O no. Pero eso no es óbice para que no sepamos reconocer ciertos productos enormemente atractivos por su divertimento y su impecable realización. Este es el caso de este simpático, gordinflón y accidentado héroe Capitán Calzoncillos, fruto de la hipnosis a la que someten dos chavales gamberros e inseparables al director de su colegio. Veloz, ruidosa y con personajes planos pero desternillantes, no estamos ante la mejor cinta de animación de la temporada, pero tampoco pueden restársele sus méritos y es que en su simpática estupidez resulta ser una película muy graciosa, que no pretende ser otra cosa: una broma escatológica con la que se carcajearán los niños menores de diez años. Y algunos padres de 40.

 

Posted by:Bru Romero

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.