Si creíamos que Maluma iba a dar un paso al frente a favor de la comunidad LGTBIQ+, que tanto le sigue por ser simplemente guapo, ya podemos olvidarnos. El artista de Medellín evitaba cualquier tipo de pregunta al respecto de su participación en el Mundial de Catar, cualquier tipo de significación social o apoyo a los derechos humanos, que tan poco se tienen en cuenta en un país que sigue con unas leyes de castigo y persecución al diferente.
«¿Maluma, no tienes problema con la violación de los Derechos Humanos en este país?», le preguntaban en una entrevista. A lo que Maluma respondía que sí, pero que son problemas que él no puedo resolver, pues además, solo fue a Catar para disfrutar de la vida y del fútbol, y que, en realidad, no es algo con lo que tenga que involucrarse. Una pregunta que no nos sorprende, pues solo hay que echar la vista atrás y ver de qué manera se le ha llenado siempre la boca al cantante al hablar de Colombia, su país, pero lo poco que ha hecho por sacar a la luz los atentados constantes contra los derechos humanos bajo el gobierno de Petro o, anteriormente, de Duque.
No contento con la respuesta, el periodista incidió que si con su presencia iba a ayudar a lavar la imagen del país, algo que al colombiano no le agradó escuchar, lo que provocó que se levantara y abandonara la entrevista mientras exclamaba lo grosero que había sido el entrevistador al preguntarle eso. ¿Acaso no quería escuchar lo que el público pensaba?
Un sentir popular que hacía arder las redes sociales, y más sabiendo que Khalid Salman, embajador del Mundial de Qatar 2022 y exfutbolista internacional con la selección catarí, explicaba que se tendrían que aceptar sus reglas a la hora de defender a Catar como anfitrión, un país en el que ser LGTBIQ+ es ilegal y se pena con años de cárcel.
Un Mundial de la vergüenza sobre el que ya pesan las muertes de aquellos que fueron «contratados» para construir las instalaciones necesarias para el torneo y que han sido obviadas tanto por el país árabe como por la FIFA, de la misma manera que se han tratado de opacar el trato a la mujer o a los homosexuales en Oriente Medio. Y es que donde hay dinero de por medio, da igual la ética de cada uno porque, como decía Groucho Marx: «Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros». A Maluma le debe pasar lo mismo. Esta vez no molas, Papi Juancho. Disfruta del dinero que te han pagado, que nosotros ya nos esperaremos a la próxima edición. Esperemos que en un país en el que todos podamos ser libres y aceptados.