La coronación de Carlos III de Inglaterra está a la vuelta de la esquina y no hemos recibido aún el mail de acreditación, previo a la invitación formal. Esto mismo les está pasando a muchos de los royals que creen que su participación en el eventazo es obligatoria, pero a escasas semanas del día C aún tienen vacía su bandeja de entrada.
Tensión, mucha tensión, es la que están sufriendo miles de aristócratas y amigos íntimos de Carlos y Camilla ante lo que podría llegar a convertirse en toda una humillación real. Nunca mejor dicho. Y es que la coronación es el 6 de mayo y aún son muchos los que no tienen noticias de palacio. Principalmente, aquellos que se sienten de su círculo más íntimo que estarían a punto del colapso ante la incertidumbre que les está haciendo vivir la Casa Real.
Una «espera insoportable» según muchos, una pesadilla para otros por la que habrían dejado, incluso, de beberse el té de las cinco por la úlcera que les estaría provocando la sola idea de que, finalmente, no fueran elegidos para acompañar a Su Graciosa Majestad (y esposa) en tan inolvidable y fastuosa celebración.
El problema partiría de que, a diferencia de la coronación de su madre en 1953, y en la que fueron invitadas 8,251 personalidades, la de Carlos III solo reuniría a 2,000. Algo que ha obligado a que la histeria colectiva se instale entre las supuestas amistades, obsesionándoles la idea de convertirse en royals de segunda o de tercera, de tenerse que consolar vestidos para la ocasión, pero en casa.
Según sabemos, las invitaciones en formato sobre entelado y letra inglesa se enviarán por correo, una vez que el invitado en cuestión haya confirmado asistencia, previa recepción de un mail. Algo que estaría haciendo perder la paciencia de muchos de ellos, acostumbrados a no perderse ni uno solo de estos saraos de semejante boato. ¿Qué pasará? ¿Quién será más prescindible? Seguiremos actualizando nuestra bandeja de entrada, mientras tomamos un té (con misterio) con pastas. Que no se diga que no somos de los íntimos.