Parece que en el mundo homosexual los activos son los reyes de la pista. Pero de un tiempo a esta parte, también parece que están en extinción. Desde que el hombre es hombre y hombre gay se le ha pedido que tiene que ser masculino, que no tiene que mostrar pluma alguna y que de otro modo, dará una imagen de débil, loca o váyase usted a saber… Existen hasta himnos gays que empoderan aún más si cabe esa imagen de macho gay que ni el tío vestido de cuero hasta la cejas de los Village People. Hoy, rompemos una lanza por las más pasivos del lugar y les decimos que no, que no están solos que vivan como les apetezca, que no son menos hombres que nadie y que también tienen su himno. Se llama Bloom.
El cantante Troye Sivan se ayuda del género pop en su estadio más festivo y colorista para regalarnos un temazo que gusta a todo el mundo aunque vaya dirigido a ese grupo dentro del colectivo tan denostado (aunque sin él, ¿qué sería del otro?).
«Ni siquiera creo que sea necesariamente un gran single o algo así, pero realmente espero que la canción termine expandiendo sus alas más allá de las personas que normalmente escuchan mi música», explicaba Sivan.
Un icono gay hablando sin tapujos de sexo anal de un modo que alcanza tanto a homosexuales como heterosexuales (todos ellos practicantes, de algún u otro modo, del tema que nos ocupa) y que de manera subliminal se convierte en el primer gran himno para aquellos a los que les gusta más recibir que dar.
Una invitación a “hacer florecer”, a “descubrir ese jardín de fuentes y aguas, a “poner gas en el motor”, “avisar antes de entrar” y a “tomarse un momento para hacerlo bien despacio” que sirve de perfecta banda sonora para una noche con final felíz y de la que Sivan sale bastante satisfecho.
Un tema que encontraremos en el próximo álbum del cantante que se ha convertido, también, en un icono de estilo gracias a Hedi Slimane que firma la portada de este disco, Bloom, a la venta el próximo 31 de agosto. Los pasivos vuelven a estar de moda.