El que llegue la noche y no consigas dormir no es cosa para tomárselo a risa. Hay gente que como nunca ha sufrido el no poder cerrar los ojos para entregarse a los brazos de Morfeo, no sabe lo significa que las noches se vayan agolpando sobre nuestros párpados petrificándolos y sin fecha próxima de bajada. Pero hay algo que podrás hacer, según las reglas del sueño de los militares. Sí, lo que oyes.
Nuestras locas rutinas, las preocupaciones diarias y cualquier otro daño colateral que puedas intentar sobrellevar a lo largo de la jornada pueden provocar que cuando llegue la madrugada el sueño no consiga entrar en tu habitación por mucho empeño que tú le pongas. Según estudios, un 25% de la población mundial sufre de algún tipo de problema relacionado con el sueño y un 10% los padece de manera crónica. Es por ello que, durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército de los Estados Unidos ideó una manera para que sus soldados pudieran dormirse en tan solo 120 segundos. Y es que, pilotar aviones y estar al tanto del fuego enemigo no era moco de pavo.
El método creado por la Marina apareció publicado por vez primera en el libro ‘Relax and Win: Championship Performance’ (1981), escrito por el entrenador de atletismo Lloyd Bud Winter, especializado en técnicas de sprint. ¿Qué hacer pues? Seguir 4 únicos pasos:
- Relajar los 43 músculos de la cara (seguramente que Jim Carrey sabría cómo enseñarnos).
- Hacer lo mismo pero con brazos y hombros. Sentir que flotas, creer que estás en una nube. Prueba a tensar las articulaciones y a irlas destensando poco a poco.
- Y ahora con las piernas… ¿sencillo, eh? Respira hondo y siente cómo se te desmontan del cuerpo. Eres un Gijoe.
- Por último, distiende tu mente. No pienses en nada… o sí, imagina que vas en canoa por un lago de aguas mansas o sobre una hamaca negra en una habitación oscura y durante 10 segundos dí para tus adentros: “no pienses”… así hasta que no recuerdes nada y amanezcas al día siguiente, habiendo descansado como un bebé y creyendo que las cosas se pueden solucionar si, verdaderamente, pones ganas y manos a la obra.
El 96% de los que lo probaron no volvieron a llorar desesperados de madrugada. Gracias.
