Los memes, ay qué seríamos sin esos memes que nos alegran la mañana de un lunes gris, nos dan esa fuerza necesaria para sobrellevar un miércoles cuesta arriba y nos ayudan a explicar en imágenes (y texto) nuestros sentimientos de fin de semana. ¡Ay esos memes! Pero, ¿y si descubrieras que estos pequeños elementos para nuestro hilarante (y absurdo) divertimento son perjudiciales para la salud? Bueno, más bien para los adolescentes pero el que avisa no es traidor. ¿Una vida sin memes?
Según investigadores en el Reino Unido, los memes que corren virales por las redes sociales podrían afectar a la salud mental de los más adolescentes. Según ellos, “normalizan comportamientos no deseados como el troleo, el bullying y el rechazo físico, lo que puede llevar a unos comportamientos apáticos y carentes de cualquier tipo de emoción». Ahí queda eso.
Lo que pensábamos era ya el deporte nacional por excelencia (no dejar de mandar memes a nuestros contactos) resulta que afecta a los más jóvenes de la casa o del barrio. Sin ir más lejos, se ha observado de qué manera este tipo de humor 2.0 ha afectado a las crisis alimenticias entre estos adolescentes, haciéndoles creer como normales o divertidas conductas que en realidad no lo son.
«Los memes que encontramos en Internet generalmente son vistos como algo entretenido, pero también representan a una práctica cultural que tira de referencias físicas, estados anímicos extremos que no tienen en cuenta las necesidades y derechos específicos de chicos», advierten los investigadores. ¿Y ahora qué? ¿Tendremos que consumirlos a escondidas o será mejor que hagamos un poco de criba? Con tantos efectos secundarios y tanta (re)presión, tu vida no va a ser la mismo… ¡y lo sabes!