Si eres un amante del hidrato del carbono, por encima de todas las cosas, y la cocina italiana te pierde hasta la locura, Lettera Trattoria Moderna es el lugar al que dirigirte si no solo quieres comer bien, sino también disfrutar de una experiencia gocha sin igual que agradecerás desde el primer bocado.
A pura esencia italiana es a lo que sabe este restaurante situado en la Gran Vía. Una trattoria made in Italy que, regentado por el chef Francesco Ingargiola, nos descubre lo mejor de los clásicos italianos, con un giro de lo más virtuoso y original.
Una Lettera Trattoria Moderna donde la gastronomía de la patria de la Carrà vuelve a renacer y engatusa, en el camino, a los paladares más jóvenes, mientras se sigue ganando al paladar más sibarita. Técnicas e ingredientes caseros y traídos de Italia que escenifican el sabroso recetario de un país que amamos y que mima cada plato.
Una Lettera Trattoria Moderna cuyo diseño interior se lo debemos agradecer a una María Villalón que transforma el espacio en un jardín Mediterráneo, que nos hace creer que estamos en mitad de la campiña italiana. Una Toscana a la madrileña donde platos como su ensalada de burrata con coppa de Parma y pesto genovés con parmesano, focaccia rellena de lardo de Colonnata con nueces y miel, huevo a baja temperatura sobre guanciale, cannelloni rellenos de setas de temporada, steak tartar con trufa negra fresca, raviolacci de pato y peras, con salsa de vino blanco, fettuccine con carabineros y bisque de sus cabezas, risotto de atún y polvo de alcaparras, pizzas de mozzarella, con panceta y trigueros o taleggio y mortadela trufada, albóndigas en salsa sobre crema de patata y peperonata o liebre con tomate y puntalette casan a la perfección con la carta de vinos seleccionados por el periodista Juancho Asenjo y donde los imponentes caldos patrios e italianos quedan en un bien merecido empate, para disfrute del comensal.
¿Postreamos? Pídete el tiramisú clásico o crumble de almendra con ricotta fresca de oveja que te dejarán al borde del éxtasis. Ni Santa Teresa se pegó un viaje así.