En un tiempo en el que las prisas y la atrocidad viral de las redes sociales no permiten que miremos hacia atrás ni para coger carrerilla o que, al menos, nos paremos un segundo a pensar qué es lo que estamos haciendo, la salud mental se ha convertido en el verdadero trending topic de nuestros días. Un problema que afecta a más gente de lo que podemos llegar a crear y que parece avergonzar no solo a quienes lo sufren sino a todos aquellos que antes de tender la mano prefieren reírse y mirar para otro lado. Menos mal que existen personas como Ricardo Cavolo que no solo rompe una lanza por todos ellos sino que da color a esta lacra social que merece de nuestros 5 sentidos.
Han pasado 7 años desde que pisó nuestro país (que es el suyo) por última vez, para exponer su obra. Más de un lustro y menos de una década, años que nos parecen toda una vida y que nos han hecho valorar el trabajo de este artista salmantino cuyo nombre irá siempre unido a fuegotes, corazones en llamas, ojos a granel y color, mucho color. Sus obras hablan de lastres de esta sociedad, minorías maltratadas y entuertos que muchos quieren hacernos olvidar pero todo ello tratado en puro technicolor como si de un niño plasmando el horror de los mayores se tratara. Una inocencia afilada como un bisturí que incide en nuestras vidas para recordarnos que el arte también puede abrirnos los ojos mientras nos hace comprender el momento es ahora y no mañana.
Hoy, con miles de murales por medio mundo a sus espaldas, exposiciones en las galerías de la otra mitad, colaboraciones en moda, ilustraciones en libros y su propia firma de ropa, desembarca en Madrid de manera pop up para hacerse eco, como hablábamos antes, de esas enfermedades mentales que a todos nos pueden robar la razón y frente a las que debemos estar prevenidos.
Con “La Herida del Héroe”, Cavolo explica en qué momento de su vida se encuentra. Un momento en el que su obsesión por el backstage de sus ídolos de infancia y juventud se adueña de sus pinturas y nos ofrece esa cara B que nunca vimos y que tanto pesaba a estos personajes de toda una vida. Debilidades que acompañan a cada personaje exponiéndose como particular fuente de sufrimiento pasivo que van dejando fantasmas a su paso y desequilibrios constantes. Y todo con una pátina de misterio y mensajes cifrados a la vista de los más sensibles.
Obras que de Oliver (el de Oliver y Benji) a Lisa Simpson pasando por Macaulay Culkin, Darth Vader, Woody o Buzz Lightyear nos demuestran la fragilidad de quienes creíamos invencibles e incapaces de rozar la depresión. 20 retratos que hablan de todo esto y mucho más y que del 30 de noviembre al 1 de diciembre se colgarán de las paredes de la pop up de la Gunter Gallery (c/Velarde, 14). Una mirada sobre la vulnerabilidad de estos personajes con heridas abiertas y muchas ganas de sobrellevarlo de la mejor manera posible. Diablos que azotan, también, nuestra personalidad y que Cavolo trata de exorcizar como artista comprometido con su tiempo y un tío, en lo personal, con una serie de valores de lo más íntegros que no hacen otra cosa que despertarnos mucho cariño y nuestro deseo de que no se vuelva a ir o, al menos, no durante tanto tiempo. Más gente como tú, Ricardo. ¡Gracias!