Y lo hacen de la mano de la siempre buena anfitriona Loewe. En su afán por volvernos locos con tanto síndrome de Stendhal, la firma española vuelve a Karl Blossfeldt como apuesta segura no solo para su nueva imagen sino como hilo conductor de una exposición de fotografías botánicas que harían el día hasta de la señora Dalloway de Virginia Woolf.

No hay nada más poético, pictórico, artístico, sensual, sofisticado (y todos los adjetivos que encuentres por el camino) que un bonito centro de flores, un ramo en un espléndido jarrón o un conjunto de los más silvestre como recién cortado para alegrar la mañana a alguien y hacer que la habitación en la que se encuentre adquiera otro color. El artista alemán Karl Blossfeldt ya nos dió cuenta de ello en su obra de 1932 Urformen der Kunst Wundergarten der Natur, en la que daba sobrada cuenta de esa estética de la flor cual pequeña escultura caprichosa que de manera geométrica se enredaba en nuestro cerebro. Imágenes que nos enfrentaron cara a cara ante una estética de lo más equilibrada y que, con el color ausente, exploraban el puro arte que subyace de la más auténtica naturaleza.

Hoy, estas imágenes adquieren en una segunda vida de la mano de Loewe que, apostando de nuevo por la esencia y la forma de las cosas, decide revestir el packaging de su línea de perfumes con las imágenes de Blossfeldt que, ahora, se convierten en carne de exhibición.

Una muestra de fotografías que tras el éxito de sus paradas en Madrid y Bilbao aromatizará la Galería Miquel Alzueta, del 13 al 25 de junio, como perfecto impulso de la cultura, del arte en su formato más visual, de una alquimia que te embriagará para no soltarte jamás. Y si no, al tiempo.

Posted by:Bru Romero

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

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