No le podemos negar a Mr. Ralph Lauren su buen gusto para crear en torno a su ya mítico nombre, todo un estilo de vida sofisticado, minimalista y 100% americano. Pero lo que tampoco le podemos negar es su mayor gusto (aún más si cabe) para elegir coches de carreras que coleccionar y que han servido de atrezzo de lujo para su último desfile, el encargado de presentar su colección otoño/invierno 2017.
No se sabía a ciencia cierta si la invitación era para un show de moda o para una exhibición de motor y es que no todos los días te invitan a un desfile en el que toda su pasarela esté flanqueada por los coches más imponentes que hayas podido ver (o imaginar). Un Bentley ‘Blower’ del 29 y un Alfa Romeo 8C 2900 Mille Miglia del 38 a tu derecha, un Mercedes ‘Alas de Gaviota’ del 55 a tu izquierda, un Jaguar XXD Long-Nose a tus espaldas, un Ferrari LaFerrari al fondo o un Bugatti 57SC Atlantic del 38 frente a ti. La respiración se nos corta y el motor de nuestro corazón nos pone a mil y es que si Mr. Lauren quería dejarnos con la boca abierta desde el primer instante solo tenía que celebrar su show en la finca que tiene en Bedford, a una hora de Manhattan, y que sirve de garaje deluxe para sus bólidos de museo.
“Siempre he considerado que los coches son arte en movimiento” explicaba el diseñador en 2004 y 13 años después se encarga de que su arte fusione con la moda, en su particular carrera por llegar al podio. Lo consigue no solo a golpe de kilómetros recorridos en el sector sino con una serie de propuestas que sin ser las más innovadoras sobre la mesa, sigue haciendo evolucionar el espíritu clásico (que no aburrido) de una marca que sigue acompañándonos en aquellos momentos en los que queremos triunfar pero sin llamar la atención.
Una colección que para esta nueva temporada permite al hombre que sigue todas las tendencias, volver a la pata de gallo y a los cuadros galeses en diversos tamaños como estampado idóneo para sus sastre de siluetas más afiladas de lo normal; jugar con las mezclas de tejidos y prendas como sus chaquetas de cuero, monos de lana o plumas y americanas con maxi brocados o, simplemente, celebrar su elegancia classy inspirada por el Gran Prix de Monaco. Directos al podio.