Lo hemos dicho por activa y por pasiva pero no pasa nada, lo volvemos a decir. Los derechos de cada uno de los ciudadanos con los que cohabitamos en este mundo son fundamentales. Somos diferentes pero todos deberíamos ser iguales ante la ley, ante la opinión pública y ante el vecino del 5º. Pero mientras recordamos que aún queda mucho por hacer, reflexionamos junto al Museo del Prado que este no es un tema nuevo, una tendencia recién inventada o una condición que fluctúa según venga el aire. La exposición La mirada del otro. Escenarios para la diferencia da cuenta de ello.
Coincidiendo con el próximo World Pride en Madrid, que dará la bienvenida a casi 3 millones de visitantes, la exhibición supondrá un recorrido por la histórica realidad de las relaciones sentimentales entre las personas de mismo sexo, así como las identidades sexuales fuera de la norma.
Una muestra que con en 30 obras maestras, entre las que encontramos el grupo escultórico Orestes y Pílades de la Escuela de Pasiteles, David con la cabeza de Goliat de Caravaggio, El Cid de Rosa Bonheur y El maricón de la Tia Gila de Goya, situados en 4 recorridos diferentes según tema y clasificados en Amistades inmortales, Perseguir los deseos, Engañosas apariencias y Amar como los dioses.
Una iniciativa patrocinada por la Comunidad de Madrid, abierta hasta el próximo 10 de septiembre y acompañada por una publicación con textos de Manuela Mena, Álvaro Perdices, Carlos G. Navarro, Javier Portús, Estrella de Diego, Carlos Reyero o José Manuel Matilla, entre otros y que aportará su granito de arena a la visibilidad del colectivo, a esta lucha que debemos seguir manteniendo todos y a tener la posibilidad de conocer estas obras menos conocidas del Museo del Prado pero que son delicado testimonio del silencio de las minorías durante siglos, de unos afectos diferentes pero que no dejaron de ser eso, afectos en los que mirarnos y aprender.