Creíamos que esa «magia de Twitter», de la que muchos hablaban, era fantasía o que, incluso, eran los padres, pero solo hace falta ver el caso de Alberto Lucena para darse cuenta de que los milagros, verdaderamente, ocurren.

«He abierto un negocio de comida a domicilio en VALENCIA pero no entran pedidos 🥺 Juro que la comida esta buenísima y si pides y me pones en observaciones que vienes de Twitter te regalo un entrante 💫 HAGAN LA MAGIA DE TWITTER PORFA». Podría haber pasado por otro tuit más de los vomitados en la red social de Elon Musk, pero no, nada que ver. El cómico y emprendedor Alberto Lucena acababa de abrir Seventeen, un negocio de ‘smash burgers’ a domicilio en Valencia, y los clientes tardaban en llegar.

Ni corto ni perezoso intentó ayudarse de Twitter para darse a conocer y lo que menos pensaba… ¡sucedió! El llamamiento en redes tardó pronto en viralizarse, pues el mensaje de Lucena era retuiteado, casi al instante, por 16.000 personas, citado por otras 360 y recibía el ‘me gusta’ de más de 22.000 usuarios de la plataforma. El teléfono comenzó a sonar y sus finísimas y muy crujientes hamburguesas, junto con sus tacos franceses, fingers de queso con mermelada de tomate, nachos con cheddar o patatas fritas sin más empezaron a circular.

«Menuda locura, no me lo creo. «No sabéis la sensación que tengo en el cuerpo, es indescriptible. Llámalo Dios, llámalo universo, llámalo Twitter, de verdad, qué momentazo, tío», agradecía Alberto tras un servicio de lo más desbordante. Claro ejemplo de que pocas cosas hay tan fuertes como la desinteresada ayuda del que está al otro lado de la pantalla. Ay si todos tuviéramos la misma empatía, cuánto solucionaríamos.

Lo único que nos sabe mal de todo esto es que no estemos en Valencia para hincarle el colmillo a esas burgers. Alberto, ¿para cuándo un Seventeen en Barna o Madrid? ¡Te necesitamos más cerca!

Para los que tengan la suerte de vivir en Valencia, pinchad aquí y hacedle un pedido. Tiene toda la pinta de que os lo vais a gozar.

Posted by:Bru Romero

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

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