Todo el mundo tiene su hada madrina. Esa persona que en algún momento actúa como mentora o guía y que de manera desinteresada se convierte en apoyo, inspiración e impulsora de sueños que pretenden cumplirse, de situaciones que requieren de un empujón para que nos atrevamos a ejecuturlas. En el caso de Dear Magazine esa hada madrina es hado y por caprichos del destino llegaron por duplicado: los García Madrid.
Hace justo un año, aparecieron en nuestra vida para impulsar lo que hasta ese momento era un proyecto en ciernes, una semilla que soñábamos con que echara raíces, una nueva cabecera que nacía con la ilusión de dar voz a todos los hombres sin excepción. Su desfile en Alcalá, 20 supuso el previo a la puesta en marcha del primer número. Un evento que era testigo del reencuentro de viejos compañeros de profesión que después de muchos años volvían a desfilar sobre el mismo camino de baldosas amarillas hacía un Oz que ya comenzaba a refulgir a lo lejos.
Una revista que nacía en una época turbulenta para el papel y que aferrándose a la idea más romántica del periodismo más entretenido, pretendía llegar a los quioscos para ilustrar la rutina del hombre más hedonista pero con los pies en el suelo, del caballero más trendy con ganas de viajar y beberse las noches, del tipo curioso e interesado por la actualidad, las tendencias, la tecnología, el motor, la gastronomía o el sexo, sin que sea el reclamo. Una publicación sin pelos en la lengua, directa, que pasara olímpicamente de ese #heterochunguismo tan propio de las publicaciones políticamente correctas, dirigidas al público masculino y que en esta época de clara autoafirmación de los gustos de cada uno, de un orgullo a flor de piel, quedaban totalmente fuera de cualquier línea editorial decente y profesional.
Unas normas que rompíamos no por rebeldes (que también) sino con la única intención de dar sopas con ondas a las rancias compañeras que se autoproclaman masculinas pero que, en realidad, no iban dirigidas al común de los varones. ¿No era hora acaso de dar voz a todos los hombres sin exclusión? ¿Es que en algún momento se pensó que había hombres de primera y de segunda? La condición nunca hizo al monje y mucho menos el modo en que enarbolara su bandera pero en Dear Magazine nos hemos encargado de estar ahí, abrir brecha, convertirnos en lectura para to-dos y mantenernos fieles a nuestros principios, no ser unos vendidos.
Un año. Nada menos que un año. Y todo, gracias a vosotros. Gracias a unos lectores que no son lectores sino dears, que confiaron en nosotros y que lo siguen haciendo con las mismas ganas, con la misma fidelidad, con el mismo interés de seguir manteniéndonos como lectura de cabecera, como particular guía de estilo de vida de alta gama, como revista con la cual identificarse.
Un año, tres números y el que está al caer. Miguel Ángel Silvestre, Iván Sánchez, Franco Noriega y… ¡sorpresa! Hombres guapos, con éxito, con historias que contar y con ese gancho que los hace terriblemente seductores (a tus ojos y a los nuestros) en sesiones fotográficas que han dado mucho que hablar. Un equipo que suma y sigue con la misma ilusión surgida en aquel desfile de los García Madrid en Alcalá 20, que no cede a los malos deseos de aquellos detractores que pensaron que seríamos flor de una sola temporada y que sigue al pie del cañón para traerte los textos de opinión más interesantes, las mejores imágenes, los reportajes con más gancho y los cover boys que, sin pretender ser virales, se conviertan en trending topic antes, incluso, de llegar al quiosco.
Brindemos, celebremos por otro año más, por otros 365 días yendo en la misma dirección y sintiéndonos orgullosos de esta Dear Magazine que se hace mayor, que quiere seguir haciendo las cosas bien y que quiere seguir siendo tu banda sonora hasta que el destino lo quiera o alguien de por finalizada la fiesta y… como ya te hemos dicho, las revistas no tienen los días contados y los hombres, tampoco. Podemos seguir circulando por las baldosas amarillas. ¡Sigan disfrutando de las vistas!