El tiempo nos ha dado la razón. Los glúteos masculinos también interesan y pese a que del hombre siempre se han ensalzado otros atributos, olvidando a aquella parte donde la espalda pierde su casto nombre, el culo de un hombre es otra de nuestros armas de seducción. Si eres de los que pensabas que con unos buenos brazos, un pectoral marcado y una bonita sonrisa te valían para encandilar al personal… ¿qué hay de esas buenas posaderas que llaman la atención de aquellos que no les basta con una buena delantera? Pongámonos manos a la obra y démosles de qué hablar.
Hablar de uno de los músculos más importantes de nuestro cuerpo, el motor de la locomoción humana, parece tremendo tabú. No hay quien pueda hablar de su parte trasera sin que vea en su interlocutor una incipiente sonrisa o sonora carcajada. Hablar de traseras y de las rutinas que hacemos para ejercitarlo nos lleva a no ser tomados en serio (dado las mentes casi siempre malpensantes) pero nos da igual porque desde el punto de vista de la armonía física, una buena posadera (ni muy grande ni muy pequeña pero siempre marcada) dan sopas con ondas a cualquier bíceps o pecho inflado. Y si no, hagan la prueba. Brazos hay muchos, escotes demasiados pero culetes bien puestos… los que lo son, son absolutamente reverenciados.
Pero pese a que casi siempre vayan ocultos y no al aire como otras zonas de nuestra anatomía debemos prestarles la debida atención. Debemos tener en cuenta que esta zona está compuesta tanto de músculo como de tejido graso (si no, ¿cómo piensas que se consigue esa sugerente forma redondeada?) por ello, tendremos que ejecutar tanto ejercicios de musculación como otros más aeróbicos. De este modo, a sesiones de running, trekking (si te va la marcha montañera) o en la elíptica (si lo tuyo es más deporte doméstico) le debemos añadir entrenamientos que contengan elevaciones de pelvis en el suelo, sentadillas, zancadas, peso muerto o extensiones de cadera en polea baja. Rutinas que en 3 o 4 series a días alternos y con 12/15 repeticiones cada una permitan ir modelando esa zona tan olvidada como deseada y que ya sea primavera, verano, otoño o invierno siempre es foco de ese último reojo. Pregunten a Ryan Gosling, a Rafa Nadal, a José María Manzanares o a David Beckham, si no… Esos glúteos no los esculpen los escultores.
¿Necesitas más ayuda? Aquí, unos vídeos…