¿Alguna vez se te ha pasado por la cabeza liarte la manta a la cabeza y dejarlo todo atrás… hasta tu propia casa? Pues eso mismo es lo que hace la actriz Frances McDormand en lo nuevo de la directora Chloé Zhao, Nomadland. Un canto a la vida nómada como forma de vida y una salida más que necesarias para esas almas libres que no quieren entrar en el aro de lo políticamente correcto (si es que eso existe).

Se llevó la ovación del público mundial, el premio a la Mejor Directora en el Festival de Cine de Venecia, el de Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Toronto y mucho dicen que huele demasiado a Oscar, pero si algo tenemos claro con tan solo ver el trailer es que estamos ante otra maravilla salida de la fábrica McDormand, una actriz a la que Hollywood sigue sin saber domar y que es prueba más que viviente que las de “60 y…” pueden seguir echándose a la espalda buenos papeles.

Con Nomadland, la actriz nacida en Illinois se mete en la piel de Fern, una mujer que debido a los efectos de la Gran Recesión decide abandonarlo todo, coger su vieja camioneta y recorrer el Oeste americano abrazando una vida totalmente diferente. Un viaje al margen de la sociedad (como la entendemos normalmente) basado en el libro de no ficción de Jessica Bruder, Nomadland: Surviving America in the Twenty-First Century, que la directora Zhao mezcla con historias reales de nómadas que aparecen junto a McDormand en la gran pantalla.

También acompaña a la actriz, a la que nos morimos también por ver en The French Dispatch de Wes Anderson (que se estrenará el 28 de enero de 2021), el actor David Strathairn que te sonará por L.A. Confidential o Buenas noches, y buena suerte (por la que fue nominado al Oscar), un secundario de lujo para una película estética a más no poder y que te hará replantearte los cimientos de tu propia vida. ¿Su estreno? El próximo mes de febrero.

Posted by:Bru Romero

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

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