Cuando todavía no nos cabe en la mollera qué problema tienen algunos con que haya otros que amen diferente y puedan circular con total tranquilidad por la ciudad que les dé la gana, observamos con alegría cómo Asia sigue dando pasos hacia delante para la normalización del colectivo LGTBI con Filipinas como abanderada. ¿Cómo? Pues a golpe de serie.
En Filipinas se han convertido en toda una locura viral y es que las series de serie BL (Boy Love para los más entendidos) están logrando tal furor entre los televidentes que ahora entendemos porque una serie como Gameboys se ha convertido en todo un fenómeno patrio. Una serie cuyos fundamentos vienen delimitados por los mangas homoeróticos (Yoi) que nacieron en los 80 y servían a los adolescentes para explorar su sexualidad y que ahora compiten con las producciones internacionales a las que no tienen nada que envidiar.
Una serie, Gameboys, que estrenada en 2000 en Netflix y en Youtube narra la historia de Cairo (Elijah Canlas), un famoso streamer de videojuegos, quien conoce a Gavreel (Kokoy De Santos) uno de sus muchos fans, a través de una partida on line durante la pandemia. Después de perder la partida, Cairo comienza una amistad con Gavreel que poco a poco se convertirá en algo más, sin pensar que el pasado llamará a su puerta y algún que otro problema pondrá en jaque el futuro de la relación.
Una historia de lo más tierna y amorosa que comenzó a cosechar críticas inmejorables y no solo por tratar de un modo tan impecable el sentir queer sino por acercarse a la realidad con tanta entrega y cariño, ahondando en la homofobia que muchos homosexuales llegan a sentir por ellos mismos al ser obligados por la sociedad a no vivir sus sentimientos en plenitud. Una serie que abre aún más al ancho el camino para todos aquellos que quieren sentirse seguros, que ya prepara su segunda temporada y que, para que no tengas que esperar, se estrenó el pasado julio su versión en fomato película que ha permitido proyectar en la gran pantalla, lo que a muchos les ha interesado mantener escondido en el armario. No en Filipinas.