Dejémonos de tonterías, a todo el mundo le gusta el sexo. Unos tienen más suerte mientras que otros tienen que poner más empeño en conseguirlo pero hay poca gente a la que podamos preguntar que nos conteste que de eso no entienden porque ni lo sienten ni, mucho menos, lo padecen. Haberlos, haylos. Volviendo a ese gran pedazo de tarta que disfruta de una actividad sexual activa y pensaba que este momento íntimo solo servía como necesaria satisfacción corporal o desestresante en tiempos de desenfreno laboral, decirles que tienen un nuevo motivo porque el mantenerse activo y constantes en la empresa en cuestión: evita el cáncer de próstata.

Sí, lo que oyes. Y es que según un estudio llevado a cabo por la doctora Jennifer  Rider del Harvard T.H. Chan School of Public Health en Boston, una eyaculación activa y, por tanto, frecuente, ya sea mientras mantienes una relación sexual o disfrutas de un íntimo momento onanista o, simplemente, duermes puede disminuir las posibilidades de desarrollar cáncer en la glándula masculina.

Según los resultados de los 32.000 pacientes que se sometieron a las pruebas en un periodo de 20 años (y siendo estos aún adolescentes), aquellos que habían eyaculado en torno a las 21 veces (como mínimo) al mes eran un 19% menos propensos a ser diagnosticados enfermos de cáncer de próstata. Pero ahí no queda todo, pacientes bien entrados en la cuarentena y con una vida sexual más o menos activa lograrían disminuir ese riesgo en un 22%.

Un estudio que vendría a sumarse a otro anterior realizado en Australia y en el que tras un exhaustivo análisis de las prácticas habituales de 2.400 demostraría que aquellos que llegaban a eyacular entre 4 y 7 veces a la semana, reducirían el peligro en un casi 40% antes de llegar a los 70.

De cualquier manera y teniendo en cuenta ambos estudios, lo mejor será que sigamos practicando activamente y de manera segura porque donde hay sexo hay alegría y parece ser que una salud de puro roble. ¡Qué sabia es la ciencia!

Posted by:Bru Romero

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

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