Hizo de aquel “Show must go on” su lema de vida, su modus operandi y la banda sonora de quien sabe que por mucho que se sufra o padezca, el espectáculo no perdona y debe continuar. Freddie Mercury estaba llamado a ser una estrella y lo fue. Ser vocalista y líder de los Queen solo fue el canal y es que casi tres décadas después de que nos abandonara debido a una bronconeumonía complicada por el sida (que entre otras cosas le privó de uno de sus pies que tuvo que ser amputado) sus canciones siguen siendo lemas para la vida.
Y qué decir de su voz. Fue aclamado como uno de los mejores cantantes de rock de la historia. Su voz era absolutamente reconocible y su registro vocal (casi cuatro octavas) eran casi imposibles de superar. Hoy, en el día de su 72 cumpleaños, lo seguimos recordando como un hombre tímido pero con un carisma inigualable para hacer que el foco siguiera sus pasos, para ganarse cualquier tipo de público que amara la buena música y que seguirá estando huérfano porque por muchos años que pasen no logrará reemplazarle. Rey de reyes… reinas… el show no ha dejado de continuar.