Desde que el pasado mes de mayo el diseñador Tom Ford abandonara su puesto de presidente del Consejo de Diseñadores de Moda Estadounidenses (CFDA), mucho se ha especulado de quién podría estar a su nivel para reemplazarlo. Parece que Thom Browne ha contado con la absoluta totalidad de los votos a favor para alzarse con el puesto. Como Thalía, arrasando.
De Texas a Pensilvania pasando por Nueva York, este puede ser el sencillo resumen del baile de tronos que la CFDA americana ha vivido en las últimas semanas. Un consejo al que el diseñador Thom Browne llegará, refrendado con el 100% de los votos, el próximo 1 de enero de 2023.
«Estoy emocionado por asumir la presidencia del CFDA. Es una enorme responsabilidad. También creo que es importante devolver algo a una industria que me ha apoyado tanto en los últimos 20 años. Estoy muy orgulloso de ser un diseñador estadounidense… Hay muchas cosas en el diseño estadounidense actual que el mundo necesita ver, reconocer y apreciar», explicaba Browne al saberse la noticia.
Y es que la carrera de Browne en el mundo de la moda es la de un hombre hecho a sí mismo. Un sueño americano, como esos que vemos en las películas, donde un joven Thom pasaba de trabajar como dependiente de Armani a formar parte del equipo Club Monaco, perteneciente a Ralph Lauren. Un lugar donde empezó no solo a coger experiencia sino a olvidar definitivamente su deseo de convertirse en actor para lanzarse al diseño textil como profesional, a la altura de aquellos modistos a los que durante tanto tiempo había seguido. Un salto al vacío que daría en 2003, con su propia marca, con la que abría taller neoyorquino y presentaba cinco trajes clásicos de hombre de color gris y estilo años 50, que le encumbrarían al estrellato y convencerían al grupo Zegna para la compra de la marca en 2018. En 2021 facturaría 263,3 millones de euros.
Una bonita historia que hoy, con Thom Browne elegido como próximo presi del CFDA, se vuelve a homenajear a ese hombre que nos vistió diferente cuando muchos queríamos vestirnos diferentes, pero necesitábamos de un empujón. Una recogida de testigo perfecta, pues después de Tom Ford pocos diseñadores hay más americanos que Thom Browne.