Entrenar nos gusta pero, en ocasiones, necesitamos de una motivación extra que haga sacar toda la energía que llevamos dentro y traducirla en un entreno. Unos utilizan un rico pre-entreno y otros tiran de la lista de música más movida para entrenar como Rocky pero… ¿sabías que estos últimos tienen más facilidades para combatir la fatiga?
Si eres de los que se limita a entrenar con máquinas y de manera muy tranquila, sin mucha carga, puedes seguir haciéndolo como a ti te gusta pero si eres de intensidades (y no solo mentales), decirte que escuchar música mientras te ejercitas es de lo mejorcito que hay. Según una reciente investigación realizada por la Universidad de Edimburgo en Escocia, y publicada por el Journal of Human Sport and Exercise, el nivel de rendimiento de los deportistas que habían estado entrenando con música después de completar una tarea cognitiva, se encontraban al mismo nivel que cuando no estaban fatigados.
“El cansancio mental es algo habitual para muchos de nosotros y puede afectar negativamente muchas de nuestras actividades cotidianas, incluido el ejercicio. Los resultados indican que escuchar música motivadora seleccionada por uno mismo puede ser una estrategia útil para ayudar a las personas activas a mejorar su capacidad de resistencia y su rendimiento cuando están mentalmente fatigadas. Este impacto positivo de la música autoseleccionada podría ayudar a las personas a mantener la calidad y el impacto beneficioso de sus sesiones de ejercicio”, explica el Dr. Shaun Phillips, de la Escuela de Educación y Deporte Moray House de la Universidad de Edimburgo.
¿El secreto? Algo muy fácil. Mientras escuchas música no estás a otras cosas y tanto te focalizas en los sonidos que escuchas que no sientes que la fatiga se está apoderando de ti. Una manera de engañar al cerebro, más antigua que el hilo negro, que no solo te servirá para tus jornadas en el gym sino para aquellos días que no estés muy animado, sientas que no tienes fuerzas ni para levantarte de la cama o te hayan dado calabazas en Tinder. La estrategia es no pensar para no perder el ritmo.